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La reforestación es uno de los proyectos principales que se discute en la COP26. Sembrar miles de árboles para salvar al planeta. Sin embargo, ¿es esta una medida realmente viable y provechosa?
“En nuestra mente asumimos que los paisajes con árboles son los que son puros, primitivos. Además, que el hombre es un destructor de la naturaleza, que cuando la habita la destruye. Y que la forma que lo destruye es arrasando los bosques”
Así lo describió Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Lérida en España, lo que muchas veces podríamos pensar cuando alguien nos dice que estamos acabando con los ecosistemas. Sin embargo, resaltó que los ecosistemas naturales no siempre son de árboles y deberíamos respetarlos tal como son.
Es el caso de las sabanas, por ejemplo. Resco de Dios explicó que muchos de los árboles que buscan sembrarse están pensadas para zonas así. Señaló, sin embargo, que muchos de estos proyectos de reforestación terminan olvidados y no son nada más que “pasto para las llamas”
Es mejor prevenir que curar
Se trata de evitar que la deforestación continúe. Al día de hoy, 10% de todas las emisiones de CO2 vienen de acciones de cambio de uso, es decir, de acciones de deforestación. Así lo explicó el profesor.
Asimismo, destacó la importancia de gestionar adecuadamente los bosques que ya existen. De esta forma conservamos los ecosistemas que ya tenemos.
“Nos creemos muy especiales, pero somos un bicho más. Somos un mamífero más de los que habitan la Tierra. Llevamos siglos, miles y millones de años en nuestros ecosistemas, cohabitándolos”
También se refirió a que las propias comunidades originarias nos enseñan que podemos coexistir y gestionar los bosques de forma adecuada.
“Necesitamos la madera. Es una alternativa para la energía fósil. También la podemos utilizar para construir como alternativa al hormigón y otros materiales que implican más emisiones”
En este sentido, consideró que la inversión planteada para la reforestación puede redirigirse para conservar los bosques que ya tenemos. Asimismo, canalizar la transición energética hacia lo que denominó como “bioeconomía” que favorezca a comunidades locales, a la gestión de boques y, por lo tanto, favorezca su supervivencia para no perecer en el cambio climático
Ecosistemas Frankenstein
“Los denomino así en el sentido de que nunca vas a recrear un ecosistema natural. Lo que hacemos es tomar una especie de aquí, otra de allá”
Víctor Resco de Dios explicó que no es que una reforestación no sirva para nada. Es una realidad que son una herramienta esencial para hablar de la conservación de la biodiversidad y la restauración de muchas zonas.
“Las zonas que han sido deforestadas, por ejemplo, reforestarlas puede ser una forma de restaurar esos ecosistemas. El problema es que pueden tardar un siglo en lograr unos niveles de biodiversidad parecidos a los bosques que están reemplazando”
Por lo tanto, la reforestación funciona como técnica de restauración, pero no como técnica de mitigación del cambio climático. Lo mejor, insistió, es no deforestar.
“Es comparable con una operación a corazón abierto. Es una medida muy drástica de modificación del paisaje”
