Excelsior
Las pérdidas económicas anuales por robo, vandalismo y destrucción de equipos del C5 deja pérdidas por 70 millones de pesos a la ciudad.
Se trata principalmente de los botones y cámaras del programa Mi Calle, que están más al alcance de los delincuentes, pues las cámaras de videovigilancia que están a nueve o 20 metros de altura tienen una incidencia más baja, de acuerdo con Juan Manuel García Ortegón, coordinador del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5).
“En el caso de los tótems de Mi Calle, ésos tienen otra lógica y su índice de vandalización es mucho más alto.
“En el caso de los tótems llegamos a tener hasta dos mil incidentes por año; son componentes tecnológicos que están más al alcance o que están más bajos que los nueve metros, que están las cámaras del C5, y son más pequeños, entonces son más susceptibles de ser vandalizados. Es ahí donde se concentra realmente el problema”, dijo en entrevista con Excélsior.
El resto de los equipos registra un índice de vandalismo de 2019 a agosto de 2022 de 132 postes atacados.
“A final de cuentas toda esta infraestructura se paga con los impuestos, con los recursos de la ciudadanía.
“No solamente es el tema económico, (es) el costo social: una cámara que está fuera de línea, un botón que está fuera de línea es un recurso que una persona que está solicitando el apoyo en ese momento puede no tenerlo”, subrayó García Ortegón.
Las alcaldías que registran mayor robo y vandalismo de los equipos del C5 son Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. Las tres alcaldías, junto con Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo, Tlalpan y Xochimilco, concentran la mayor incidencia delictiva.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ese conjunto de demarcaciones tiene 41.91% de la incidencia delictiva. En sus territorios están los 126 cuadrantes más violentos de los 847 en los que está dividida geográficamente la capital.
En Iztapalapa, este diario hizo recorridos por las colonias Lomas de San Lorenzo, José López Portillo, Barrio San Lorenzo, Santa Marta Acatitla, Valle de Luces, Ejército de Oriente y Ermita Zaragoza.
Se encontraron más de 20 botones y cámaras de videovigilancia destruidos, vandalizados o que fueron robados.
Los daños son en botones de auxilio y cámaras, así como destrucción, robo y desconexión. En algunos casos las cámaras de vigilancia son pintadas con aerosol para evitar que los ojos de la Policía permanezcan alerta.
“En las minas que están arriba de San Lorenzo hasta han violado a las chavas, por eso pusieron las cámaras, pero duraron muy poco; luego, luego les cortaron los cables o las destruyeron.
“Atrás del panteón donde estacionan los tráileres se subieron a un camión para romper la cámara con piedras porque ahí asaltan a cualquier hora”, dijo Raquel, una habitante del Pueblo de San Lorenzo.
LA FAMILIA C5
El coordinador del C5 recordó que todas las cámaras de videovigilancia dependientes del gobierno conforman la familia C5.
“A diferencia de lo qué pasa con otras entidades, en el caso de la Ciudad de México todo el proyecto de todas las cámaras de la Ciudad de México es considerado el proyecto C5, lo cual incluye los sistemas del C2 y los tótems de Mi Calle”, dijo.
Actualmente, la capital tiene 15 mil postes del C5 con dos modelos, a nueve y a 20 metros de altura, los cuales cuentan con 37 mil equipos de video.
“Y si le sumamos otros proyectos de videovigilancia que también administra el C5 de la Ciudad de México, como el proyecto Mi Calle, estamos hablando de 66 mil equipos de video con los que cuenta toda la ciudad”, detalló García Ortegón.
NUEVOS EQUIPOS
García Ortegón informó que la ciudad contará próximamente con alrededor de tres mil 500 cámaras nuevas para postes altos y dos mil 660 tótems del programa Mi Calle. Además, en cada panteón serán instaladas seis cámaras controladas por el C5.
El objetivo del Gobierno de la Ciudad de México es llegar a las 70 mil cámaras para finales de 2022 y 100 mil en total para el término de la administración.
