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Tejer para sobrevivir, el otro lado de la creación textil indígena

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Imer Noticias

La creación textil indígena es una de las muchas formas de expresión cultural en nuestro país. Con huipiles, zarapes o camisas, tejedores y bordadores plasman elementos de su comunidad en su ropa, incluso, a pesar de su dolor.

En comunidades como la purépecha de Michoacán existen casos donde sus integrantes realizan esta labor para subsistir y no por gusto.

“¿Porque yo tengo que hacer esto para subsistir? Y coraje, rabia, ganas de aventar todo y decir ¿porque la situación mía es así, porque yo tengo que destrozarme la espalda?”

Esas son las palabras de un joven no binario de la comunidad purépecha, quién pidió mantenerse anónimo.

Con 23 años, ve la elaboración de rebozos una actividad muy común en su región, pero reconoce que es por trabajo no para enaltecer sus tradiciones.

“Empecé desde los 12 años y ¿cuál fue la motivación? La motivación creo que fue estar sin dinero, creo que la principal motivación. Pues desde que era muy niño, veía a toda la gente hacerlo. Era como una oportunidad de “ah, pues si lo hacen te van a pagar”, entonces sí, entre toda la gente se dedica a eso”.

En la Ciudad de México, en el barrio de Caltongo, Xochimilco, Matlalli Acevedo es otra persona labora en la creación textil desde el tejido con tintes naturales tejidos en telares de pedales e impresiones botánicas.

Con 34 años, forma parte del colectivo Anáhuac Textil, donde colaboran con maestras artesanas de los Altos de Chiapas.

Los usos textiles cambian en cada comunidad. Por ejemplo, en los Altos de Chiapas, de donde son algunas creadoras de su colectivo, la fabricación de prendas tiene dos propósitos: ceremoniales y comercio.

Pero, existe un factor común, diseñar para vivir, para ganar dinero.

“Tienen dos vertientes. Una es la que trabajan para usos ceremoniales y la otra, creo que en el 97 más o menos, empezaron ellas a vivir del textil porque antes ellas solamente lo utilizaban para usos ceremoniales y en su comunidad.

Entonces ellas vieron que había que en los textiles había esta forma de ganar dinero y empezaron a trabajarlo más para el público externo”.

¿Tejer para recordar las tradiciones o por dinero?

Una de las conclusiones de la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales 2020 fue que los diseños artesanales son un orgullo en el país porque están hechos con el alma y corazón de una cultura ancestral.

Sin embargo, la realidad muestra otra cosa. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta 2020, el 19 por ciento de la población mayor de tres años se identifica como indígena.

Esto impacta en las políticas culturas de preservación de tradiciones porque se concentran en proteger los objetos materiales más que en el origen de las etnias como lo son sus lenguas.

“No creo que nuestro mayor logro sea como: ‘Ah, mira, un rebozo está en un museo’. Pues lejos de considerarlo una artesanía, es un producto que va a ser utilizado. No es algo que vaya a ser estético, no es algo que vaya a ser como para tenerla ahí guardado, para ser admirado, sino simplemente creo que son productos que están elaborados para ser utilizados y para cierto fin.

Se está perdiendo la lengua, pero ahí nadie viene a decir: “Ah, esto está perdiendo”. El trasfondo es que se está perdiendo la lengua”.

¿Tejer para recordar las tradiciones o por dinero?

Una de las conclusiones de la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales 2020 fue que los diseños artesanales son un orgullo en el país porque están hechos con el alma y corazón de una cultura ancestral.

Sin embargo, la realidad muestra otra cosa. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta 2020, el 19 por ciento de la población mayor de tres años se identifica como indígena.

Esto impacta en las políticas culturas de preservación de tradiciones porque se concentran en proteger los objetos materiales más que en el origen de las etnias como lo son sus lenguas.

“No creo que nuestro mayor logro sea como: ‘Ah, mira, un rebozo está en un museo’. Pues lejos de considerarlo una artesanía, es un producto que va a ser utilizado. No es algo que vaya a ser estético, no es algo que vaya a ser como para tenerla ahí guardado, para ser admirado, sino simplemente creo que son productos que están elaborados para ser utilizados y para cierto fin.

Se está perdiendo la lengua, pero ahí nadie viene a decir: “Ah, esto está perdiendo”. El trasfondo es que se está perdiendo la lengua”.

El des-precio de los tejidos indígenas

Aunque su familia en Michoacán ya tiene más estabilidad económica, elle sólo borda en su telar de cintura cuando quiere hacer regalos.

Pero, recuerda que los rebozos que vendía, nunca alcanzó para sacar más de 20 pesos. Por eso, no basta con “pedir” que se preserven las tradiciones, hace falta algo más.

“¿Quién vive con 17 pesos o para que sirven 17 pesos? O sea, no se trata de preservar, no se trata d difundir, no se trata de decir “wow es este que hacemos aquí tienen que comprarlo, tienen que conocerlo.

No se trata de eso, se trata de mejorar las condiciones de los de los productores, de las personas artesanas. Ya basta de romantizar y basta de decir que es hermoso y que es porque preserva las tradiciones. Esto es tedioso y cansado”.

A pesar de los estigmas, prejuicios y hasta regateos, los bordadores y tejedoras sobreviven a través de las telas.

“Cuando tejo estoy sacando toda mi, pues mis emociones en particular yo soy súper emocional. Me voy muy al extremo. Entonces siempre que estoy tejiendo, estoy sacando toda esa energía, la vuelco ahí.

Me maravilla mucho ir viendo las combinaciones de colores que voy creando, ir viendo cómo se va formando la pieza eso me puede más, sentir el amor que siento por mi trabajo”.

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