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Suicidio, sin reflectores entre la muerte violenta; urgen políticas públicas

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Excelsior

México es un país dolorido y violentado cotidianamente por la muerte violenta. Debe recordarse que, en un país de tanta impunidad y cifra negra, hay una gran cantidad de defunciones que son provocadas por causa externa y que son de intención no determinada.

En ese sentido, es importante destacar que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la muerte violenta incluye los homicidios, los accidentes y los suicidios.

LOS DATOS EN MÉXICO
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la muerte violenta en México se ha incrementado de manera muy rápida en los últimos años. El cambio, como se ha documentado, se da en 2008, cuando cambia la tendencia y se da un proceso creciente. En efecto, entre los años 2001 y 2010, el total de muertes violentas fue de 570 mil 159. Esto hace un promedio anual de 57 mil 018 personas fallecidas. Sin embargo, si se considera sólo el periodo de 2006 al 2010, se tiene un promedio de 61 mil 797 casos. Esto significa un incremento de 8.4% respecto del promedio de la década.

Por su parte, para el periodo de 2011 al 2015, el promedio anual se incrementó a 70 mil 772 casos, es decir, un nuevo incremento de 14.5% respecto del periodo quinquenal anterior. Para el periodo de 2016 al 2020, el promedio anualizado de defunciones violentas o por causa externa, fue de 80 mil 702 defunciones, lo que significa 14% más que el promedio de 2011 al 2015. Pero si se compara con el promedio de 2006 al 2010 es una cifra 30.5% mayor.

Finalmente, los últimos dos años para los que el Inegi tiene información, el promedio anualizado fue de 84 mil 821 defunciones, lo que implica un nuevo incremento respecto de los periodos previos.

LOS SUICIDIOS
El Inegi documenta un acelerado incremento en el número anual de defunciones por suicidio. Es importante decir al respecto que, entre los años 1990 al 2000, fallecieron en el país 27 mil 236 personas por suicidio. Esto hace un promedio anual de 2 mil 723 casos. Del total para la década señalada 23 mil 054 suicidios fueron cometidos por hombres y 4 mil 165 fueron mujeres.

Del 2000 al 2009, la suma total de defunciones registradas por suicidio fue de 42 mil 236, lo que equivale a un promedio de 4 mil 224 casos anuales; de ese total, 34 mil 901 fueron suicidios de hombres, frente a 7 mil 328 de mujeres.

De 2010 al 2019, la cifra se incrementó a 61 mil 913 casos, lo cual equivale a un promedio anual de 6 mil 191; del total, 50 mil 180 suicidios fueron de hombres, frente a 11 mil 710 de mujeres.

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Finalmente, para el periodo de 2020 a 2023, la suma registrada es de 24 mil 570 suicidios, de los cuales, 20 mil 12 fueron de hombres, frente a 4 mil 533 de mujeres.

En 2011 fue la primera vez que se registraron más de mil suicidios anuales de mujeres; y la cifra ha ido creciendo gradualmente, llegando a mil 280 casos en 2015; a mil 436 casos en 2020; y a mil 568 y mil 520 casos en 2021 y 2022, respectivamente.

El incremento absoluto también fue un cambio relativo, pues mientras que en 2017, por ejemplo, la tasa de suicidios fue de 5.3 casos por cada 100 mil habitantes, llegando a 6.2 en 2020; a 6.5 en 2021 y a 6.3 en 2022.

UNA RUTA DE MUERTE
De acuerdo con las estadísticas del Inegi, la tasa de defunciones por cada 100 mil habitantes, por suicidio, se ha incrementado de forma preocupante en los últimos años. El promedio del país pasó de 5.3 casos por cada 100 mil personas en el año 2017, a 6.3 en el 2022. Sin embargo, la tasa creció más rápido para los hombres que para las mujeres, pasando de 8.9 casos por cada 100 mil varones en 2017 a 10.5 en el 2022. Para las mujeres el cambio fue de 1.9 a 2.3 casos por cada 100 mil en el mismo periodo.

UNA GRAN CRISIS DE SALUD MENTAL
En México, si de algo carece el sistema de salud es de una estrategia integral para la atención y el cuidado de la salud mental de las

personas; amén de que no existe un diagnóstico preciso en torno a cuánto personal capacitado en esa materia hace falta en el país

para garantizar que los procesos asociados acondiciones mentales, síndromes y desórdenes de la personalidad sean atendidos con dignidad, oportunidad y eficacia. Mientras eso ocurre, el dolor, la tristeza, la depresión, en un país de enorme violencia y muerte, siguen siendo la realidad cotidiana para millones.

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