La ganadería extensiva en los municipios del norte de Chiapas origina que 200 mil hectáreas de la zona se vuelvan vulnerables a deslizamientos de tierra ante fenómenos meteorológicos y prueba de ello se tiene con lo sucedido en 2020 en dicha área tras el paso del huracán Eta.
En lo anterior coincidieron Rosalba Pérez Gutiérrez, directora de la Escuela Superior de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Guerrero y Fermín Ledezma Domínguez, Investigador del Centro de Lenguas Indígenas, quienes en conferencia señalaron que el año pasado el meteoro citado causó daños en 20 municipios.
“Demarcaciones como Francisco León, Ixtacomitán, Tapilula, Rayón, Ixhuatán, Pantepec, Chapultenango, Tecpatán y Solosuchiapa, entre otros, registraron 95 puntos colapsados, tres deslizamientos de laderas de gran magnitud, tres personas muertas y 60 familias de tres comunidades zoques afectadas al resultar sus viviendas totalmente destruidas”, revelaron.
Dijeron que tras estos hechos, un mes después (diciembre) los afectados se reunieron y solicitaron la ayuda de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, la cual aún esperan. “Sobresalen las familias de San Vicente y Santa Cruz, en Tapilula, San Antonio El Canelar (Rayón) y Candelaria, en Francisco León, que pese a haber quedado sus comunidades como inhabitables, regresaron a las mismas, pues no tienen otro lugar donde vivir”.
Los damnificados ratifican su lucha contra cualquier forma de explotación de la naturaleza a gran escala y mantienen firme su postura de defender su territorio ante el avance de, por ejemplo, la minería, la extracción de hidrocarburos y la privatización del agua, porque desigualdad y pobreza.
Los expertos dieron a conocer que en una reunión reciente con los afectados, les dieron a conocer un estudio geológico donde se perciben las zonas en donde se practica la ganadería a gran escala, lo cual los convierte en vulnerables ante los embates de huracanes, como sucedió a finales de 2020.
