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“Otis” llevó más miseria a municipios de Guerrero desbordados por carencias sociales

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Sin Embargo

Más de la mitad de la población de Acapulco y municipios aledaños ya se encontraba en algún rango de pobreza extrema o moderada, pero ahora con el paso del huracán “Otis” los daños podrían exacerbar el acceso a servicios básicos como atención a la salud y educación, además de vivienda.

Ciudad de México, 1 de noviembre.– El huracán “Otis” tocó tierra en la costa de Guerrero, dejando a municipios ya sumidos en la pobreza aún más devastados y atrasados en la atención de servicios básicos para los cientos de miles de damnificados en Acapulco y municipios aledaños.

Entre las afectaciones a viviendas, hospitales, escuelas y a sistemas de servicios de comunicación, el paso del ciclón provocará que brechas de desigualdad —cuando más de la mitad de la región tenía algún nivel de pobreza o carencia social— tomen aún más años en superarse, advirtieron expertos.

El economista Mario Campa advirtió que en un primer instante, las familias tienen una pérdida de riqueza desde el momento en que su mobiliario y vivienda se ve dañada por las condiciones meteorológicas, pero además al tratarse de una zona turística los ingresos de empresas y comerciantes que dependen de esta actividad verán una caída en sus ingresos que puede no estabilizarse hasta en dos o tres años.

“Incluso aunque se recupere la actividad económica, va a tardar años para que la gente recupere la riqueza que tenía, porque hubo una destrucción de riqueza y también una interrupción del ingreso”, expuso. “Entonces, si no se repone, por ejemplo, la riqueza a través de las aseguradoras o algún tipo de transferencia de Gobierno, es muy difícil que todo el mundo recupere la riqueza que perdió, para empezar”.

Tan sólo en Acapulco de Juárez, donde se han registrado 45 muertes hasta ahora, de su población de 757 mil 367 personas, el 52.1 por ciento de la población ya se encontraba en un nivel de pobreza, de los cuales el 16.72 por ciento se ubicaba en la pobreza extrema y 35.41 en pobreza moderada, según el último reporte del Coneval.

Además, el 24.89 por ciento —es decir 188 mil 579 personas— de la población fue identificado como “vulnerable por carencia social” y 8.7 por ciento “vulnerables por ingreso”.

En el caso de Coyuca de Benítez, con 74 mil 633 habitantes, el 65.5 por ciento tenía algún nivel de pobreza, siendo el 27.3 por ciento pobreza extrema y 38.3 por ciento pobreza moderada.

Una tercera parte de esta población ya tenia carencia por calidad y espacios de la vivienda al 2020, en tanto que tras el paso de “Otis” el mismo Presidente Municipal Osiel Pacheco Salas confirmó que “muchas familias perdieron su patrimonio”.

“Para empezar, hay que censar [los daños] y los censos siempre son imperfectos. Incluso, recuperar esa riqueza podría demorar algunos años, pero en cuanto a recuperar la actividad económica anterior, puede ser más o menos rápido, no sé si uno o dos años”, pronosticó Campa.

El también maestro en Administración Pública sumó que se tendrá que analizar qué zonas fueron las más afectadas, ya que los daños impactarán de manera distinta si fue a inmuebles en una zona de plusvalía elevada adquirida por personas con mayor nivel socioeconómico o bien en viviendas más precarias hechas con materiales endebles.

Al momento, la Secretaría de Bienestar ha censado 32 mil 644 viviendas en donde se registraron daños y afectaciones, mientras que la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (Amis), informó el lunes que en Acapulco se tiene registro de más de 16 mil viviendas y 20 mil vehículos asegurados.

Un escenario similar se produjo en Ajuchitlán del Progreso, donde las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de ríos y, por ende, daños a hogares. En dicho municipio, el 64.7 por ciento de la población tenía algún tipo de pobreza y el 29.9 por ciento tenía una carencia por calidad y espacios de la vivienda.

Otras demarcaciones donde se registraron daños son Técpan de Galeana, Atoyac de Álvarez, Chilpancingo de los Bravo, San Miguel Totolapan y General Heliodoro Castillo, que registraron un porcentaje de algún nivel de pobreza de 37.8, 52.9, 55.5, 84.3 y 94.6, respectivamente.

HOSPITALES DEVASTADOS, CARENCIAS SOCIALES EXACERBADAS

Además de las afectaciones a vivienda de población que ya se encontraba en algún nivel de pobreza, el huracán “Otis” impactó en servicios básicos como el acceso a la salud al ocasionar daños a hospitales y escuelas tanto públicos como privados, a la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a telecomunicaciones.

Las cifras de Coneval muestran que en Acapulco, por ejemplo, 123 mil 241 personas ya tenían algún nivel de rezago educativo, y 281 mil 009 carecían de acceso a servicios de salud, ya sea IMSS, ISSSTE, u otro.

Más de la mitad de la población acapulqueña, 419 mil 866 personas en total, no tenían acceso a la seguridad social y 130 mil 963 se enfrentaban a una carencia por la calidad o el mismo acceso a la vivienda, en un momento en que miles de hogares han sido destrozados por el ciclón.

En los municipios, la carencia más profunda fue de acceso a la seguridad social, con el porcentaje más alto de 92.3 por ciento en General Heliodoro Castillo y el más bajo de 55.4 por ciento en Acapulco de Juárez; y lo más bajo en rezago educativo con el porcentaje más alto 34.9 por ciento en San Miguel Totolapan y el más bajo de 14.5 por ciento en Chilpancingo de los Bravo.

“Lo que hemos aprendido [desde México Cómo Vamos] es que, entre menos fortalecida esté la economía de un estado —como es en el caso de Guerrero—, las emergencias son todavía peores para el progreso social”, sumó por su parte Adriana García, coordinadora de análisis de la organización antes citada.

A ello, la analista indicó que dos factores importantes que han sido afectados por el paso del huracán, que son el acceso a la educación y el agua y saneamiento, que ya estaban en condiciones precarias previo al desastre ya que para este último factor, Guerrero se ubicaba en la penúltima posición. Es decir, en la posición 31 de 32 entidades federativas.

“El contexto de Guerrero ya era muy negativo, y ahora tenemos millones de escombros, no hay acceso a agua potable para toda la población y podemos pensar además en la pérdida de hospitales y de clínicas de salud, lo que nos hace prever que es muy probable que existan brotes de enfermedades infecciosas en las siguientes semanas”.

Con respecto al rezago educativo que ya existía en la región, García detalló que en el estado el acceso a conocimientos básicos ocupaba la posición 22 de 32, siendo el caso el problema del analfabetismo el más preocupante en estos rubros, seguido por la matriculación de educación secundaria.

A esto se suma el hecho de que 7 de cada 10 guerrerenses ocupados tienen empleo informal, “pues los niñas y niños abandonan la escuela para poder integrarse a actividades económicas, así sea también en la informalidad, para poder colaborar con el ingreso de las familias”, y “cuando aumenta la deserción escolar es muy complicado que estos jóvenes regresen a la educación”.

REACTIVAR LA ECONOMÍA Y EL SECTOR TURÍSTICO

A fin de que la economía local se pueda recuperar, remarcó Mario Campa, es necesario que se revise que el aeropuerto no haya tenido afectaciones de gravedad y de ser así atenderlas, y que los mismos turistas que puedan visitar Acapulco se sientan seguros de regresar a las playas de Guerrero tras el evento.

Además, que haya infraestructura como hoteles y restaurantes para recibir el turismo, en tanto que estimaciones extraoficiales como la de Chuch Watson, director de Enki, empresa ubicada en el Estado de Georgia en Estados Unidos, indican que el costo de reconstrucción ascendería hacia los 15 mil millones de dólares; y Alejandro Domínguez Aveleyra, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco, calculó en entrevista con Radio Fórmula que habrá que esperar entre un año y año y medio para que vuelvan a operar varios de los hoteles dañados.

“La riqueza, el ingreso, se refiere a flujos, entonces, ¿qué puede pasar durante un huracán que cae en este caso en una ciudad turística? Se ven mermados los ingresos por distintos motivos, puede haber pérdida de empleo porque las empresas cierran temporalmente porque dejan de llegar turistas, y muchos dependen de esa actividad, sobre todo hay mucho comercio informal, por ejemplo, gente que está vendiendo en la playa algún alimento o algún bien, y si dejan de llegar turistas, hay una pérdida de ingreso”, remarcó Campa

El analista profundizó que cree probable que recuperar el nivel de turismo previo al huracán tome entre dos o tres años, ya que si bien el Gobierno puede sumar a las labores de reconstrucción y recuperación de la población, otra parte corresponde a las aseguradoras y “otra parte tendrá que irse dando de manera natural con el paso del tiempo”.

“Aunque se quisiera acelerar lo más posible todos los esfuerzos y concentrarlos, es muy difícil reconstruir por los tiempos de la misma construcción y del sector a la vez, porque de entrada falta mano de obra, que se puede traer otros estados, pero son muchas obras las que probablemente se tengan que hacer de manera simultánea, y aunque se quiera reactivar el turismo de la noche a la mañana, hay un proceso en que la gente recupere confianza y que se restablezcan servicios”.

Asimismo, el investigador Rodolfo de la Torre, adscrito al Centro de Estudios Espinosa Yglesias como director de Movilidad Social, indicó que estudios muestran que los niveles de educación, salud e ingreso alrededor del 1 por ciento cuando se produce un desastre natural de características moderadas, pero al tratarse de una magnitud grave como fue el caso de “Otis” las afectaciones pueden ser dos o tres veces mayores.

“Esto es más o menos un retraso de siete años en los indicadores de desarrollo humano de esa región, es decir que habría un retraso de lo que normalmente se atrasa en siete años, en promedio, en un país”, remarcó. “Si nos concentramos en la población con menores ingresos, normalmente con este tipo de fenómenos hay un aumento en la pobreza de alrededor del 3.5 por ciento, pero por la magnitud del fenómeno, y sobre todo por la lentitud y la ineficiencia de la respuesta gubernamental, pues lo que estamos temiendo es que esto pueda aumentar hasta 7 por ciento”.

De tal manera, señaló que los tres niveles de Gobierno deberían de tener una mejor distribución y atención a las necesidades inmediatas de la población, y estar en el lugar de los hechos de manera casi permanente ya que “este tipo de tragedias no se puede manejar a distancia”, o bien que al menos se trasladen y estén constantemente ahí los funcionares clave para poder tomas decisiones.

“Adicionalmente, se requiere formar un fondo de recursos [para la reconstrucción a lo largo de los años], (…) restituir el servicio de agua potable y de drenaje para que no haya problemas de salud en las circunstancias actuales, sobre todo por la contaminación de las fuentes de agua disponibles, y la otra parte es el funcionamiento de las escuelas, pues lo que se requiere en estos momentos es que haya algún plan para que rápidamente regresen a las actividades escolares la mayor parte de los alumnos, que en estos momentos no tienen el servicio y esto puede generar abandono escolar”.

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