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Fiscalía de EU relaciona a García Luna con “La Reina”, comandante de la PF que recibió 3 mdd de los Beltrán Leyva

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Carlos Álvarez/Zeta Tijuana

La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York vinculó la madrugada de este viernes 24 de enero, a Genaro García Luna -ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) durante el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa-, con Iván Reyes Arzate -exdirector de la División Antidrogas de la Policía Federal (PF), quien se entregó a la Justicia de Estados Unidos en febrero del 2017-, y que en mayo del 2018 se declaró culpable de vender información confidencial al Cártel de los Beltrán Leyva, por 3 millones de dólares, así como de interferir en actuaciones policiales de autoridades mexicanas y estadounidenses contra el narcotráfico.

Según la agencia estadounidense The Associated Press (AP), el Gobierno de EE.UU. aseguró en un documento judicial enviado al juez Brian M. Cogan, de la Corte del Distrito Este de Nueva York, que García Luna supervisaba, entre otros, la unidad especial de la PF mexicana -entrenada por la Administración para el Control de Drogas​ (DEA, por sus siglas en inglés)- que comandaba Reyes Arzate.

“Por tanto, ambos casos de corrupción y colusión con los cárteles narcotraficantes están relacionados”, dice la agencia, que recordó que ayer jueves 23 de enero se reveló que Reyes Arzate tiene un caso pendiente en la Corte del Distrito Este de Nueva York, acusado de tres delitos por tráfico de cocaína, y que muy probablemente que serán juzgados en el mismo Tribunal que García Luna y que Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”.

¿QUIÉN ES LA REINA?

Reyes Arzate, exdirector de la División Antidrogas de la Policía Federal mexicana, quien se entregó a la Justicia de Estados Unidos en febrero del 2017, se declaró culpable el 11 de mayo del 2018, de vender información confidencial al Cártel de los Beltrán Leyva por 3 millones de dólares, así como de interferir en actuaciones policiales de autoridades mexicanas y estadounidenses contra el narcotráfico.

Durante una audiencia con la jueza federal de Distrito, Amy St. Eve, en la Corte Federal de Chicago, el ex funcionario de la Policía Federal mexicana, de 46 años de edad, declaró que no pensaba impugnar los cargos en su contra, para así evitar un juicio en el que podría ser condenado a por lo menos 25 años de prisión.

Joseph López, abogado de Reyes Arzate, le dijo a la agencia española EFE que la declaración de “no impugnar” reconoce la probabilidad de que los fiscales federales puedan probar los cargos de conspiración y obstrucción de la justicia en el juicio, y porque no quiso arriesgarse a perder, aunque no cree que haya hecho nada malo.

“En México, no es inusual reunirse con las personas a las que se investiga […] Pasa todo el tiempo. La DEA se frustra mucho con eso, pero es una práctica aceptada bajo el modelo mexicano”, señaló el litigante.

Aunque la Fiscalía estadounidense pedía 10 años de cárcel para el ex director de la División Antidrogas de la PF mexicana, en noviembre de 2018 fue condenado a solo 3 años de prisión, dado que Reyes Arzate se entregó en Chicago y colaboró con la DEA.

Reyes Arzate le dijo en abril del 2017, a un juez federal en Chicago, que no tenía ingresos, esto a pesar de haber recibido un pago de al menos 3 millones de dólares de parte del Cártel de Los Beltrán Leyva, a quienes supuestamente les vendió información durante al menos siete años.

El ex comandante de la división antidrogas de la PF, a quien en el mundo del crimen lo conocían por los alias de “Ayala” o “La Reina”, entró, en esa ocasión, a una Corte de Distrito de Illinois, con los tobillos encadenados. Allí, el juez aceptó que Reyes Arzate era elegible para recibir asistencia legal subsidiada.

Según la Fiscalía estadounidense, Reyes Arzate filtró a los Beltrán Leyva información confidencial que la PF y otras instancias gubernamentales de inteligencia mexicanas compartían con la DEA y con el Departamento de Justicia estadounidenses. En este entonces él era su principal contacto.

El abogado de Reyes Arzate, dijo después de la audiencia celebrada este viernes, que la DEA conocía los contactos de su representado con los miembros del Cártel de los Beltrán Leyva y que decidió trabajar con el entonces funcionario mexicano de todos modos, incluida la capacitación en la sede de la agencia en Virginia. “Ha hecho muchas cosas buenas para la DEA”, dijo López, entrevistado por la agencia AP.

Un informe del Departamento de Justicia estadounidense detalla que Reyes Arzate compartió a miembros del Cártel de los Beltrán Leyva que la DEA había obtenido autorización judicial para interceptar sus llamadas y les filtró información obtenida por agentes federales de ambos países en interferencias telefónicas y fuentes confidenciales, en una investigación de tráfico internacional de drogas y lavado de dinero.

El auto de procesamiento de Reyes Arzate, conocido como “La Reina”, indica que la droga era producida en Colombia, llevada a México y de allí transportada a Chicago para su distribución y venta en ciudades de Estados Unidos por el cártel Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.

El informe añade que en septiembre de 2016, autoridades estadounidenses conocieron que uno de los narcotraficantes investigados, Ángel Domínguez Ramírez Jr., ex operador de los Beltrán Leyva, tenía en su poder una fotografía de vigilancia del expediente.

A través de conversaciones telefónicas interceptadas, las autoridades supieron que la misma persona que envió la fotografía al narcotraficante, le notificó que él era el blanco principal de una investigación federal. Según el informe, elementos del Cártel discutieron por teléfono sobre la obtención de la información filtrada, lo que llevó a uno de los operadores a identificar la fuente como “Iván”.

En la escucha telefónica, el narcotraficante incluso expuso que “Iván” previamente filtró información a otro cártel mexicano:

– “¿Quién es Iván?”, preguntó un líder del cártel, cuyo nombre no se ha revelado.
– “El jefe”, le respondió un subordinado, en aparente referencia a la posición de Reyes Arzate como oficial de alto rango en la Policía Federal.

En el informe se precisa que en noviembre del 2016, Reyes Arzate presuntamente se reunió en persona, en la Ciudad de México, con el capo Ángel Domínguez Ramírez Junior, quien le ofreció reducir la violencia en Tamaulipas. Ese mismo mes, la Unidad de Asuntos Internos de la PF abrió una investigación en su contra y lo separó de su cargo en la corporación. En enero renunció a la dependencia y en febrero se entregó a la DEA.

Además, según lo informó en su momento el diario Reforma, Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, uno de los ex líderes de los Beltrán Leyva, declaró en EE.UU. que, desde 2008, Reyes Arzate era “un oficial corrupto de la PF que apoyó a los Beltrán” junto con otros tres mandos de la corporación.

Incluso, “El Grande” detalló que en 2009, durante un encuentro en Cuernavaca, Morelos, Reyes Arzate y otros dos agentes informaron a Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, los detalles sobre un informante de la DEA que había facilitado el decomiso de cargamentos de cocaína desde Colombia, lo que llevó al secuestro, tortura y ejecución de dicha persona.

Según recordó el mismo rotativo, en ese tiempo, Reyes Arzate se encontraba bajo las órdenes directas de Ramón Eduardo Pequeño García, ex jefe de Inteligencia y después titular de la División Antidrogas, en la extinta Secretaría de Seguridad Pública, que encabezó Genaro García Luna.

Iván Reyes Arzate era un agente de élite entrenado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), en Quantico, Virginia. Llegó a la PF finales de 2007, luego de seis años en la Agencia Federal de Investigación (AFI) de la Procuraduría General de la República (PGR).

Antes de ser agente de la PGR, dijo ser dueño de un negocio relacionado con el servicio público de pasajeros y ser ejecutivo de ventas en una institución bancaria, además de sólo contar con bachillerato concluido.

Durante seis años formó parte de la unidad especializada en la investigación, búsqueda y captura de los principales líderes del crimen organizado. Reyes Arzate participó en la detención de Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, y de otros integrantes de las organizaciones criminales de Los Zetas y del Cártel del Golfo.

EL TESTIMONIO DE “EL GRANDE”

Alias “El Grande”, testificó en la audiencia de sentencia de “La Reina” ante el juez federal de distrito Harry Leinenweber, donde dijo que era común que los cárteles tuvieran a policías federales de México en sus nóminas, y que con frecuencia los sobornaban para que los operativos policíacos se realizaran contra grupos rivales.

Joseph Lopez, abogado de Reyes Arzate en Chicago, le preguntó en un momento dado Villarreal Barragán, si los pagos “llegaban hasta arriba en la cadena, casi hasta el presidente”, a lo que el presunto narcotraficante respondió: “Sí, señor […] Así es como lo hacen”.

La agencia AP narró que los fiscales estadounidenses interrogaron a varios testigos durante una audiencia que duró cinco horas, en un intento por respaldar sus argumentos de que Reyes Arzate merecía una sentencia en prisión de 10 años.

La fiscal Katherine Sawyer dijo a la Corte que la sentencia que la defensa pretendía para “La Reina”, 17 meses de prisión, equivaldría a un darle “un manotazo”. Sin embargo, en una declaración al juez, Reyes Arzate defendió su labor policial, pero Leinenweber lo interrumpió en cierto momento para preguntarle: “¿Es su postura afirmar que usted no hizo absolutamente nada malo?”

Si bien “La Reina” aseveró que era no era su postura, según AP, nunca admitió haber cometido un delito ni ofreció disculpas durante su declaración de 10 minutos. El juez dijo que algunas partes de la declaratoria de Reyes Arzate le parecieron “inquietantes”, pero agregó que la sentencia de 10 años recomendada por la Fiscalía era “demasiado alta”.

Por otra parte, el agente de la DEA, Matthew Sandberg, quien llegó a trabajar con “La Reina” en México, testificó “con un tono parco y prosaico durante la mayor parte de su tiempo en el estrado […] Pero se le quebró la voz cuando empezó a describir la manera en que la divulgación de Reyes Arzate, a quien llegó a considerar un amigo, puso en peligro la vida de agentes como él e incluso de sus familias […] ‘cosas no pueden pasar a menos que haya agentes corruptos”, afirmó en aquel momento, según la agencia.

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