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Esposa del enfermero del IMSS que vendía órganos, atendía a los “clientes difíciles”

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Cortesía El Universal

“Mi esposa es buena tiradora”, se jactaba el enfermero Jorge Alberto N. ante un allegado —quien hoy es testigo protegido— antes de asesinar a una de sus compañeras de trabajo, a quien había defraudado con la promesa de que le “vendería” un mejor puesto en el IMSS.

Las investigaciones de la Fiscalía Estatal han arrojado que la esposa del trabajador del Seguro Social, la cual sigue en libertad, fue su cómplice tanto en la red de tráfico de influencias, comercio de vacantes y venta de órganos, como en el homicidio del que se le acusa y posiblemente en los otros seis asesinatos de los que se le fincarán cargos en los próximos días.

Jorge Alberto “N” fue detenido por autoridades luego de que se demostrara que desde hace años recibía sobornos de personal del IMSS a cambio de conseguir ascensos, o bien, otorgar plazas para nuevo ingreso, sin embargo, al no poder cumplir con todos sus “clientes” optó por asesinarlos. Se estima que tomó parte en por lo menos siete crímenes de esa naturaleza.

Lizzeth “N”, su esposa, se mantuvo al tanto de todos los acuerdos del enfermero, incluso —según el testigo protegido— al tener la mujer un don para la elocuencia, era ella quien atendía los “casos difíciles”, es decir, aquellos en los que les exigían la devolución del dinero.

El testimonial indica que cuando Jorge no podía negociar, intervenía su cónyuge, la cual generalmente lograba conseguir más tiempo, mediante charlas sobre tener una mejor vida, lujos, autos, y otros argumentos que solían convencer al personal del IMSS que los buscaba.

Aunque la Delegación Estatal de la institución se reservó dar información del caso, en la audiencia de Vinculación se supo que la pareja tenía un tabulador, en el que los pagos iban de los 35 mil a los 100 mil pesos para quienes laboraban en el Seguro Social y pretendían alcanzar un puesto de mayor jerarquía. El costo para ingresar por primera vez era de 80 mil pesos.

El Ministerio Público logró determinar que Laura Soto, empleada de la clínica 58, quien fue citada por el enfermero afuera de una guardería del IMSS para de ahí ir a entregar sus documentos a las oficinas centrales en diciembre pasado, fue asesinada desde el interior de una Suburban color negro propiedad de Lizzeth. Aún no logran identificar plenamente a los tripulantes, aunque trascendió que probablemente fuera la pareja.

Otra información, ofrecida en las audiencias penales, es que la red de corrupción al interior del IMSS se extendía hasta las ciudades de Juárez, Parral, Cuauhtémoc y Delicias. Desde allá hubo quien hizo pagos a Jorge Alberto a cambio de puestos de nivel medio e incluso mandos.

Jorge Alberto está internado en el área de Observación y Clasificación del penal estatal de Aquiles Serdán, se le dictó un año de prisión preventiva. Fuentes de la Fiscalía señalan que por voluntad se ha mantenido aislado, pues tiene temor que otros reos le hagan daño. Hasta el momento se le fincaron penales en su contra.

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