El Sol de México
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró este miércoles que los disidentes de las FARC actúan como un “ejército privado de los carteles mexicanos” del narcotráfico y combatirlos con la fuerza pública es un asunto de soberanía nacional.
El mandatario izquierdista sostuvo en la red X que miembros de una facción guerrillera que el martes mataron a cinco soldados en el Cañón del Micay, un enclave para la producción de cocaína, están al servicio de la mafia mexicana.
“La destrucción de la columna narcotraficante Carlos Patiño”, conformada por guerrilleros que rechazaron el pacto de paz con las FARC de 2016, “es hoy una orden en pos de la soberanía de Colombia”, aseveró Petro.
Los militares fueron emboscados cuando se dirigían a reconstruir un puente derribado por los disidentes en esa conflictiva región del suroeste del país.
La semana pasada en esa zona campesinos cocaleros instrumentalizados por la guerrilla, según Petro, mantuvieron retenidos a 29 soldados y policías desde el jueves hasta el sábado.
El presidente sostuvo que la misión del gobierno y de la fuerza pública es “tomar la parte media y baja del cañón, y solicitarle al campesinado dejar de apoyar fuerzas extranjeras que buscan la destrucción de la patria colombiana”.
En un recorrido de la AFP en el marco de la retención y posterior liberación de los uniformados, reporteros vieron referencias a México en la vestimenta de algunos de sus habitantes, como gorras con la bandera de ese país.
También establecimientos comerciales con nombres como Sinaloa y fiestas amenizadas con narcocorridos, canciones mexicanas que exaltan la vida de los capos del narco.
Petro ya había señalado que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) está al servicio del cartel de Sinaloa.
Emisarios de organizaciones ilegales extranjeras compran la hoja de coca a los campesinos que la siembran en Colombia para luego convertirla en cocaína y sacarla del país con ayuda de grupos locales, según el gobierno.
La droga que se produce en el Cañón del Micay luego viaja hacia Centroamérica y Estados Unidos por el Pacífico.
ORDENA DESTRUCCIÓN
El presidente colombiano ordenó la destrucción del grupo Carlos Patiño de las disidencias de las FARC, autor del atentado de anoche contra el Ejército que dejó al menos cinco muertos y 16 heridos, tres de ellos de gravedad, en el departamento del Cauca.
La tropa fue atacada cuando iba a instalar un puente en reemplazo de otro destruido por esa guerrilla en la vereda (aldea) La Hacienda, en el municipio de Argelia.
Según el Ejército, el ataque tuvo lugar en la zona rural del municipio de Balboa, “sitio donde las unidades fueron atacadas con un artefacto explosivo que había sido enterrado en uno de los taludes de la vía”.
Las víctimas mortales son el sargento viceprimero Harold Alberto Paredes Mena, el sargento segundo Yeison Antonio Angulo Mora y los soldados Miguel Ángel Lamprea Herrera, Wilder Saraza Álvarez y Raúl García López.
El Cauca, en donde hay presencia de las disidencias de las FARC y de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), al igual que de grupos de narcotraficantes, es escenario de constantes ataques que alteran el orden público.
El 12 de octubre del año pasado, el Ejército puso en marcha la Operación Perseo, con más de mil soldados, para retomar el control de El Plateado, el principal bastión del grupo Carlos Patiño, una facción del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las antiguas FARC, que se dedica al narcotráfico.
Sin embargo, cinco meses después, el despliegue militar no ha dado el resultado esperado y las disidencias siguen controlando la zona y desafiando al Estado.