Traiciones y otros datos en la lucha descomunal por el poder del sindicato universitario que entorpece el desarrollo educativo
Una añeja lucha por el poder sindical entre grupos liderados por Zoila García Ruiz y Fredi Penagos mantiene en la incertidumbre a los 450 agremiados al Sindicato de Personal Académico de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
La batalla por asumir el control del Comité Ejecutivo del SPAUNICACH, con todos los beneficios que esto conlleva, inicio desde la fundación de esa organización gremial, los ahora enfrentados fueron parte de la primera dirigencia sindical dirigida por Fernando Serrano Monrroy, quien era acuerpado por el fallecido Oscar Hugo Hernández Arévalo y Fredi Penagos.
Al poco tiempo, Monrroy fue removido de la dirigencia sindical y Hernández Arévalo lo sustituye en el cargo con el apoyo de Penagos, ahí es cuando aparece Zoila García, quien fue contratada como secretaria de entonces líder del SPAUNICACH.
En el 2017, García y Penagos se alían para destituir a Hernández Arévalo, logrando su cometido.
La batalla legal entre estos dos últimos, inició en 2018, cuando García fue destituida como secretaria de Trabajo y Conflictos del SPAUNICACH, luego de que en una especie de golpe de estado bajara de la secretaría general a Penagos y asumiera tal encomienda.
A partir de ahí, la dirigencia sindical encabezada por Fredi Penagos se ha dedicado a interponer denuncias penales y amparos para evitar Zoila García tome el control del SPAUNICACH, en tanto ella ha promovido diversos mecanismos jurídicos para ser reconocida como la actual secretaría general de dicho gremio, sin que hasta la fecha exista una resolución definitiva a su favor.
En tanto amparos, denuncias y tomas de nota van y vienen, favoreciendo o desconociendo derechos de uno y otra, el personal académico de la UNICACH se encuentra en la incertidumbre y agotados de tener claridad en torno a este asunto.
La lucha legal por el control del SPAUNICACH que mantienen García y Penagos ha provocado que se vulneren los derechos de los trabajadores y ha frenado el desarrollo académico de los docentes agremiados, quienes son rehenes de estos grupos de poder, que solo persiguen sus intereses personales y económicos.
Desde su creación el SPAUNICACH ha estado dirigido por personajes acusados de malversación de las aportaciones de los trabajadores, que se han excedido en sus funciones y han pactado beneficios personales fuera de toda proporción legal.
