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Violencia y narcotráfico dejan 680 municipios de México como ‘pueblos fantasma’

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Milenio

La violencia originada por los cárteles, los altos índices de marginación social e incluso los cambios en la división territorial han provocado que, en los últimos 20 años, se registren 680 municipios en el país en calidad de pueblos fantasma, lo que equivale al 27% del territorio nacional.

Una revisión de los censos de población del INEGI realizada por MILENIO revela que los municipios de Guadalupe, Chihuahua; Tumbiscatío, Michoacán; y Badiraguato, Sinaloa, registran casos de familias completas que se han visto forzadas a huir, como medida de precaución ante la presencia de conflictos armados.

En Guadalupe, a 80 kilómetros de El Paso, Texas, ocurre el mayor desplazamiento forzado o despoblación por violencia: el número de habitantes ha descendido 57.7% en los últimos 15 años. De acuerdo con reportes de inteligencia, los cárteles de Sinaloa y de Juárez-Jalisco Nueva Generación se han estado enfrentado en esta zona desde mediados de los 2000, cuando Felipe Calderón lanzó la fracasada guerra contra el narcotráfico.

​Las balaceras, los raptos, los cobros de piso y los secuestros que ocurren en la zona han suscitado que la gente huya a un ritmo constante. Si para el año 2000 había 10 mil 32 habitantes, una década después la cifra cayó a los 6 mil 458. Para el último censo de 2020 apenas sumaban 4 mil 237 pobladores. La zona más afectada del municipio es Barreales, donde el déficit poblacional alcanza el 70.6%. Pasaron de mil 14 pobladores a sólo 298.

“Son pueblos fantasma, todos nos fuimos de ahí antes de que nos mataran”, ha declarado a medios locales un poblador desplazado que emigró a Ciudad Juárez.

En Tumbiscatío la constante presencia de cárteles y grupos de autodefensas ocasionaron que la población decreciera 41.2% en las dos últimas décadas. Los registros del INEGI muestran que el poblado General Francisco Villa, mejor conocido como Las Cruces, perdió casi el 30% de sus habitantes, mientras que en Graciano Sánchez el desplazamiento fue del 50%. Familias que hoy viven hacinadas en Morelia han contado a algunos medios cómo fueron despojadas de sus tierras por los grupos del narcotráfico.

La situación en Badiraguato, cuna de los más temidos narcotraficantes, también muestra una desaceleración prolongada: de tener 37 mil 757 habitantes al arranque de este siglo, en 2020 pasó a 26 mil 542 pobladores, lo que representa una disminución del 29.7%. Cabe aclarar que, por falta de seguridad, los encuestadores del Inegi no pudieron ir a todas las poblaciones de este municipio.

Los desplazamientos, sin embargo, no sólo son provocados por la violencia. La falta de oportunidades laborales y de recursos económicos en zonas de alto rezago social son las razones más frecuentes para que pobladores de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz decidan huir de sus comunidades.

De acuerdo con un cruce de datos entre el Censo de Población y Vivienda del INEGI y la Medición de la Pobreza Municipal del Coneval, de los 396 municipios con despoblación sostenida en los últimos 20 años, el 71.7% registró altos niveles de pobreza.

En Oaxaca, por ejemplo, uno de cada cuatro municipios ha registrado una despoblación continua durante los dos últimas décadas, ocasionada principalmente por la pobreza. El caso más llamativo se observa en San Mateo de Piñas, donde se presentó una reducción de 51.3% de los habitantes: de 4 mil 148 que tenía, ahora cuenta con 2 mil 21 pobladores.

El abandono de hogares y tierras en el municipio ha dejado localidades desoladas como Macahuete. Aquí, el 98.6% de los habitantes se fueron. Según el Inegi, en este poblado sólo vive una persona.

Algo parecido se observa en Metlatónoc, Guerrero, donde el 98% de sus pobladores es pobre y el 68% vive en pobreza extrema. Las estadísticas del Inegi muestran que a ese municipio lo habitaban 30 mil personas en el año 2000. Hoy son 18 mil 859 habitantes. Es decir: 37% menos. La pobreza en Matlatónoc orilló a que la gente abandonara las localidades San Rafael y El Grande del General Adrián Castrejón.

Las decisiones políticas en los cambios territoriales también suscitan la despoblación. Por ejemplo, el 41.6% de los habitantes de Ignacio Allende, una comunidad del municipio Teúl de González, en Zacatecas, emigró porque en 2005 se creó Santa María de la Paz y, con este nuevo reordenamiento territorial, Allende perdió mil 744 habitantes de un día para otro. Hoy viven 5 mil 356 habitantes.

Es cierto que la población nacional se ha incrementado en casi 29 millones en los últimos 20 años. Pero también es cierto que la gente está huyendo del 27% del país y no hay para cuándo detener el desplazamiento forzado.

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