Prensa Latina
De acuerdo con el texto, cerca de 300 mil mujeres y niñas desplazadas padecen terribles condiciones de vida y la falta de seguridad en medio de la actual inestabilidad política, el accionar de las pandillas y la amenaza de la actual temporada de huracanes.
Una encuesta realizada por ONU Mujeres en los seis sitios de desplazamiento más poblados y diversos de Puerto Príncipe, la capital haitiana, confirmó que la mayoría de los campamentos no tienen iluminación ni cerraduras en áreas clave como los dormitorios y los baños.
Como consecuencia, los residentes están expuestos a amenazas diarias de las pandillas.
“El peligro constante de balas perdidas y otros riesgos de seguridad subrayan aún más la necesidad urgente de mejorar la protección en estos lugares”, advirtió ONU Mujeres.
El reporte divulgado este miércoles alerta además sobre el uso de las violaciones como una táctica deliberada para controlar el acceso a la asistencia humanitaria en la mayoría de los campamentos y, en particular, contra las féminas.
La titular de ONU Mujeres, Sima Bahous, instó al Gobierno recién nombrado a adoptar las medidas necesarias para prevenir y responder a la violencia, así como aumentar la participación de las mujeres en la gestión de los campamentos.
“Nuestro informe nos dice que el nivel de inseguridad y brutalidad, incluido la violencia sexual, que las mujeres enfrentan a manos de las pandillas en Haití no tiene precedentes. Esto debe terminar ahora”, instó la directora general.
Otros datos arrojaron que casi el 90 por ciento de las mujeres entrevistadas no tenían ninguna fuente de ingresos en los campamentos y más del 10 por ciento recurrió o consideró el trabajo sexual o a la prostitución para satisfacer sus necesidades al menos una vez.
El 20 por ciento de las encuestadas conocía al menos a una persona que lo había hecho, mientras que el 16 por ciento confesó sentirse acosadas o traumatizadas por bandas armadas.
Cerca del 70 por ciento indicó que el aumento de la violencia las afectó psicológicamente y apenas el 10 por ciento dijo tener acceso a servicios de salud en los sitios que albergan desplazados.