Juan, de 12 años, cree que en México se vive inseguro porque secuestran a adultos y niños. Ana, de 11, dice que no puede salir a la calle porque han matado a mucha gente. Ambos representan el sentir de los 3,100 niños, niñas y adolescentes que Save The Children consultó en la encuesta Voces, para saber qué les preocupa y encontró a la violencia en el lugar número uno.
La organización realizó este ejercicio para poder escuchar a menores participantes en sus diversos programas, de entre cuarto de primaria y último grado de bachillerato, en un país donde no se les suele pedir su opinión sobre los problemas públicos ni hacerlos participar en las decisiones para remediarlos.
“Eso es un ejemplo de que a una enorme parte de la sociedad no le interesa escucharlos, pese a que garantizar su participación es un derecho y a que representan el 30 % de la población mexicana. Persiste en el país, una visión adultocentrista, proteccionista y asistencialista sobre el rol de los niños, niñas y adolescentes en la sociedad”, aseguró.
Ante esa falta de escucha, “es que decidimos realizar la consulta Voces, un ejercicio en el que se preguntó a niños, niñas y adolescentes participantes en los programas de la organización sus opiniones, percepciones y sentimientos respecto a los contextos y realidad en los que viven”.
Para 44 % de los participantes, los secuestros en el país son su mayor preocupación. A 43 % lo que más le abruma son los problemas de salud. 13 % de los consultados consideraron no estar en buenas condiciones en este sentido. Entre las razones destacan: “Porque me enfermo” (26 %), “Me siento mal” (23 %) y “No me cuido y me alimento mal” (22 %).
Una niña de 10 años de quinto de primaria, de Yucatán, confesó considerar que no tiene buena salud. “A veces me han dicho que tengo anemia, pero no sé si es cierto si tengo eso”. Mientras que un niño de 11 años, de sexto de primaria, de Nuevo León, dijo: “No sé, perdí la condición, siento que no tengo tan buena salud”.
Los niños, niñas y adolescentes de la muestra consideran que la manera de mejorar la atención médica sería incrementando el personal de salud (51 %) y mejorando la forma en la que se atiende a las personas (30 %). También se requiere, contestaron, abasto de medicamentos (29 %) y mejor infraestructura (24 %).
Dinero y amor
Para 30 % del total de la muestra, la salud no es el mayor problema, sino la falta de dinero en casa. 45 % de las niñas, niños y adolescentes considera que alguna vez ha estado en situación de pobreza. Este porcentaje crece a medida que incrementa el nivel escolar. En primaria son 42 %, en secundaria 47 % y en bachillerato 56 %.
Por encima de la preocupación por los problemas de salud y dinero, a 38 % de los menores les preocupa la inseguridad. Para 33 % su principal angustia es la violencia en las calles, pero para 24 % lo es la que vive en su hogar y para 18 % la que enfrenta en la escuela.
Consultados sobre su percepción de la seguridad en el colegio, casa y la comunidad, los participantes coincidieron en que la casa (91 %) y la escuela (83 %) son los espacios donde se sienten más seguros. Pero solo uno de cada cuatro se siente así en su comunidad.
En este último ámbito se sienten inseguros porque hay secuestros (19 %), hay delincuentes en la calle (14 %), robos y asaltos (12 %), hay accidentes de tráfico (10 %) y hay personas que consumen drogas o alcohol (9 %).
Los eventos de riesgo que más les angustian son los temblores (46 %), violencia entre personas (40 %) y balaceras (37 %). “En este contexto identificamos que los principales riesgos a los que están expuestos niñas, niños y adolescentes son de origen natural, pero, sobre todo, humano”, precisó Nancy Ramírez, directora de Incidencia Política de Save The Children.
De hecho, el acoso escolar destaca como el principal asunto que los hace sentir mal a nivel personal, seguido de la violencia intrafamiliar y la falta de apoyo para que puedan tomar sus decisiones.
A los más de 3 mil menores se les preguntó también cómo es la relación que tienen con las personas que los cuidan, cerca de 40 % dijo que no pueden expresar con sus cuidadores lo que piensan o sienten; 65 % mencionó que tiene miedo a que los regañen, se enojen o les griten; mientras que 59 % tiene miedo al castigo o a los golpes.
Esto refleja, comentó Ivonne Piedras, coordinadora de Incidencia Política de Save the Children, que dentro de las relaciones familiares es probable que no se generen acuerdos de convivencia, de escucha y que las muestras de cariño, por parte de los adultos a los niños, sean limitadas.
“Esta falta de escucha y apego puede influir en el desarrollo socio emocional de niñas, niños y adolescentes, promoviendo baja auto estima, aislamiento y conductas agresivas”, señaló Piedras.