El Universal
Propietarios de esos establecimientos han reportado que los colombianos —en colaboración con mexicanos— cuando rechazan sus préstamos entran por la noche a robarse varios carros.
De diciembre a la fecha fueron sustraídos 17 vehículos de cuatro estacionamientos distintos, el mensaje es claro: endeudar a los dueños de esos negocios para que se vean en la necesidad de pedirles dinero.
La víctima más reciente fue un pequeño empresario, a quien asesinaron el domingo pasado. Les dio más de un millón de pesos por 500 mil pesos que le prestaron. Según la carpeta de investigación
familiares del ahora occiso de 52 años revelaron que se negó a seguir pagando los intereses que le exigían y en represalia llegaron al establecimiento localizado en Álvaro Obregón para matarlo de un disparo de arma de fuego.
De acuerdo con los testimonios de algunos trabajadores, el presunto homicida ya se había presentado con anterioridad en el local para cobrar los mencionados intereses que debía pagar por el préstamo.
Según los expedientes abiertos en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad, la modalidad de gota a gota empezó a tomar fuerza desde 2015. Las víctimas siempre fueron comerciantes informales, a decir de los datos recabados por los agentes de investigación los préstamos eran ofrecidos con la ventaja de no requerir adores ni garantías, pero a los deudores se les pedía una copia de su credencial de elector.
Una vez consolidada la deuda, los prestadores regresaban a los establecimientos, cobraban altos intereses sobre los pagos programados y ante la imposibilidad de realizarlos los amenazaban y golpeaban; además, les robaban mercancía.
A pesar de que algunos liquidaban la deuda, continuaban las extorsiones y agresiones.