Agencias
La industria del plástico en México se pronunció en contra de utilizar plásticos biodegradables para elaborar bolsas, desechables y empaques sustitutos, y recomendó en su lugar reutilizar los plásticos y considerarlos también como fuente de energía, para reducir el problema de la contaminación.
“Es posible utilizar el plástico como combustible, ya que tienen una alta capacidad calorífica produciendo así energía”, sostuvo la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC).
Recomendó también reducir al máximo la generación de los desechos sólidos, además de reutilizar o reusar productos plásticos para alargar su vida útil y reciclar para transformar los residuos a través de distintos procesos que permiten restituir su valor económico.
La industria del sector aseguró que en conjunto el plástico rígido y de película, poliestireno expandido y poliuretano, constituyen solo 11.67 por ciento del total de residuos sólidos urbanos en México.
En opinión de este sector, no es viable utilizar plásticos biodegradables como única solución ante la entrada en vigor de las leyes de prohibición de plásticos de un solo uso en varias entidades del país.
Dijo que de acuerdo con un estudio sobre su impacto en el medio ambiente, realizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), “el que un elemento sea biodegradable no necesariamente disminuye su impacto ambiental, sino que depende en gran medida de su manejo”.
La biodegradación de una materia prima no es intrínsecamente buena, podría serlo bajo ciertas condiciones, pero podría ocasionar graves problemas en otras, como las que se generan en el proceso de reciclaje.
El proceso de biodegradación se lleva a cabo por microorganismos y sus enzimas, al producir el material una alta concentración de carbono, llegando a la mineralización en un tiempo determinado y con resultados medibles.
Por otro lado, el término de biodegradación es amplio, debe definirse el medio por el cual se biodegradará el material, en este caso debe ser bajo composta.
Asimismo, debe pasar por la recolección y transferencia, que implica una modificación al marco legal para la separación de la fracción orgánica y a la infraestructura local para una recolección selectiva, además de la valoración y el tratamiento.
Esto último implicaría crear plantas de composta industrial, adecuación de infraestructura para el manejo de películas plásticas en planta de composta, mercados o usos para la composta producida e integración con los sistemas ya existentes, añadió la organización empresarial.
