HuffPost. La caravana migrante huyó de la violencia de las pandillas en Centroamérica solo para conocer la brutalidad del crimen organizado en México. De acuerdo con Arturo Peimbert, ombudsman de Oaxaca, cerca de 100 indocumentados –niños incluidos—no llegaron este lunes a la Ciudad de México, desde Veracruz, porque fueron secuestrados por transportistas y entregados a integrantes del crimen organizado, presumiblemente al grupo de Los Zetas.
En entrevista con el HuffPost México, Arturo Peimbert, quien acompaña a la caravana migrante desde que cruzó la frontera y se adentró en México, contó que –de acuerdo con testimonios recabados por él y miembros de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México— el secuestro ocurrió en el estado de Puebla.
«Esto nos ha obligado a caminar y cruzar por Veracruz. Desde Sayula hasta Tierra Blanca y desde Tierra Blanca hasta Córdoba. Es una irresponsabilidad absoluta del gobierno. Esa zona es la fosa más grande del país, donde cientos de personas han desaparecido por el crimen organizado. La prohibición de usar camiones, avalado por el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, nos obliga a cruzar por ese triángulo violento.
«La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México ha recibido testimonios de que en la ciudad de Puebla escaparon varias de esas personas y los testimonios que me han compartido es que a varios los entregaron al crimen organizado cerca de la base de la Policía Federal en Puebla«, aseguró el defensor de derechos humanos.
Por los dos camiones sospechosos que se llevaron a los migrantes, y por el número de personas que están preguntando por sus familiares ausentes, es que el ombudsman Arturo Peimbert calcula que las víctimas de secuestro serían unas 100.
El defensor de derechos humanos intuyó que detrás de este crimen estaría el cártel de Los Zetas, cuya presencia en la zona es notoria, incluso durante la caravana migrante: «hay personas en los pueblos que han informado a Los Zetas cómo se está moviendo la caravana, que vigilan sus pasos».
El «triángulo violento» del que habla el activista es un territorio en disputa entre los cárteles de Los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación, que además de pelear el control de la venta de droga, extorsiones, robo de combustible y trata de personas, también luchan por la industria millonaria de secuestros a migrantes que viajan hacia Estados Unidos.
«Esto podría constituir un delito para el gobernador de Veracruz. Es un dolo eventual, una omisión criminal. Cuando sabes que un grupo de personas vulnerables corren el riesgo de desaparecer, tu obligación es crear un mecanismo eficiente para evitar que eso pase. Esto constituye un delito…», se lamentó el ombudsman Arturo Peimbert. «Todo mal, todo está muy mal…».
La historia del multisecuestro, hasta la hora de publicación de este texto, no ha sido confirmada de manera oficial por autoridades de Puebla o Veracruz. Asimismo, defensores de migrantes y monitoristas de la caravana, como el hermano Filiberto Velázquez, aseguraron que no han tenido noticias, hasta el momento, de un secuestro masivo de migrantes que coincidan con las horas y lugares del relato del ombudsman de Oaxaca.