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Los activistas piensan que el consumo de ese tipo de productos alimenticios promueve un sentido de superioridad hacia los animales.
The Vegan Society, una asociación británica de veganos, ha pedido que se prohíba toda la comida con forma de animales, incluidas las famosas galletas de ese tipo, informaron el mes pasado medios europeos.
Los activistas, que abogan por dar un trato ético a los animales, consideran que el consumo de ese tipo de productos alimenticios promueve un sentido de superioridad hacia ellos.
En particular, consideran que alentar a los niños a comer, por ejemplo, galletas con forma de animal, fortalece su sentimiento de que la fauna y la naturaleza están para servirlos y que pueden hacer lo que quieran con ellos, sin remordimiento alguno.
«El consumo de galletas de animales reitera a los niños su acceso privilegiado al mundo natural y a los subordinados que en ella viven», explica Corey Lee Wrenn, profesora titular de Sociología en la Universidad de Monmouth. «Al poder ‘recolectar’ animales, levantarlos, manipularlos y, finalmente, comerlos, se enfatizan las nociones de supremacía humana», añadió.
La propuesta ha llevado a muchos a plantearse distintas cuestiones: ¿para qué es necesario excluir de nuestra alimentación ese tipo de productos si no contienen ingredientes de origen animal? ¿Afectaría eso a las galletas con forma de dinosaurios?
En 2018, la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) convenció al fabricante transnacional estadounidense de galletas Nabisco para que cambiara el envoltorio de sus icónicas galletas en la que aparecían animales de la sabana dentro de jaulas.
El veganismo es una forma de vida que tiene como fin excluir, en la medida de lo posible, todas las formas de explotación y crueldad que afecten a los animales en la alimentación, el vestir o en cualquier otro uso humano.