DW
El terremoto de magnitud 7,8, que este lunes 6 de febrero sacudió la región fronteriza de Siria y Turquía y sus réplicas se han cobrado la vida de más de 17.000 personas, destruyendo, además, miles de edificios.
Sin embargo, en otros sismos de una magnitud similar el número de muertos ha sido mucho menor. Así ha sido, por ejemplo, en los terremotos de 2014 y 2015, en Chile, con magnitudes de 8,2 y 8,3, respectivamente, donde se registraron 15 víctimas fatales.
Edificios viejos no eran sismorresistentes
En muchos videos de ciudades cercanas al epicentro, se puede observar cómo edificios de varias plantas se derrumban piso por piso, uno encima de otro. En estos casos, se trata sobre todo de edificaciones viejas con una «planta débil», dice Mehdi Kashani, de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido.
Una construcción de este tipo tiene pisos con ventanas, puertas amplias y otros espacios abiertos en lugares donde un muro sólido serviría mucho más para resistir un sismo. Si uno de estos pisos se encuentra en la planta baja, toda la estructura se puede derrumbar.
En la región castigada por la catástrofe natural a lo largo de la frontera sirio-turca, la mayoría de los edificios fueron construidos antes de que se desarrollara la arquitectura sismorresistente.
Kashani explica a DW que los principios básicos de este tipo de arquitectura se empezaron a desarrollar en los años 60 y 70 del siglo pasado. A más tardar después del terremoto de Kobe, en Japón, en 1995, los códigos sísmicos, que regulan la construcción en áreas afectadas por sismos, empezaron a cambiar.
El experto señala que también los edificios viejos se pueden reforzar, como ha ocurrido en Chile y Japón. No obstante, agrega, para ello se necesita dinero y voluntad política, por lo que no siempre se hace donde es necesario.
Cómo construir edificios más estables
De acuerdo con Lamia Messari-Becker, de la Universidad de Siegen, en el suroeste de Alemania, una manera de construir una estructura segura en un área propensa a los terremotos es desacoplándola del subsuelo a través de construcciones sobre una especie de pilotes. Estos ayudan a atenuar las vibraciones sísmicas.
En el caso de edificios altos, también ayuda construir edificaciones pesadas, dice la ingeniera civil. Asimismo, «es posible conectar vigas y columnas de tal forma que, si bien, durante un sismo, las conexiones se dañan, adoptan una nueva forma por deformación plástica», explica en entrevista con DW. «Se estiran, pero no colapsan», precisa.
Un sismo superficial
Sin embargo, la magnitud del daño no solo se debe al diseño de las construcciones. La fuerza del terremoto fue implacable. Según el ingeniero constructor Mehdi Kashani, se trató de un sismo superficial, lo cual explica el devastador impacto de las ondas sísmicas. Cuando el epicentro es más profundo, las ondas tienen que viajar más tiempo para llegar a la superficie, lo cual reduce su intensidad.
El entrevistado menciona como ejemplo el terremoto de Bam de 2003, que se cobró la vida de más de 25.000 personas, en Irán, a pesar de tener una magnitud de 6,3.
La estructura es más importante que el material
Kashani hace hincapié en que la estructura de un edificio es más importante que los materiales de construcción. Una edificación de concreto, por ejemplo, solo es sismorresistente si se construye de acuerdo a los códigos sísmicos.
Esto se pudo observar en los videos sobre la catástrofe en Siria y Turquía, donde se derrumbaron muchas casas de concreto con un diseño inestable. En los próximos meses, especialistas viajarán a las regiones afectadas para estudiar las construcciones a fin de entender qué características permitieron que algunas no se derrumbaran.