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La Fiscalía Especializada en Feminicidio de la Ciudad de México integra la carpeta de investigación para resolver si atraerá el caso; tiene a más tardar el próximo lunes 30 de agosto para definir.
Desde 2019, Adriana Arana buscaba separarse de su pareja tras años de violencia y amenazas, pero el proceso y la custodia de su hija se detenían porque Enrique, su exesposo, le peleaba una pensión para aceptar. Las denuncias de la mujer de 47 años de edad no frenaron esa violencia, fue asesinada el pasado 11 de agosto en pleno Viaducto, de la Ciudad de México.
Las primeras autoridades que atendieron el caso pensaron que Adriana había muerto por un accidente vial pues no observaron sangre dentro de su coche, más tarde se percataron que mientras ella conducía recibió dos disparos de arma de fuego por parte de un sujeto que conducía una motocicleta Pulsar.
Dos días después, su expareja, Enrique N, fue detenido junto con otros dos sujetos, pero no por el feminicidio, sino por presuntos delitos contra la salud y portación de arma de fuego.
La familia sabía de la violencia que padecía desde hace años. Empezó con la restricción del dinero que pertenecía a Adriana por el cobro de rentas, después pasó a las amenazas y golpes.
“Tenían un departamento en Iztacalco y ahí empezaron las agresiones físicas y las amenazas. Mi hermana platicó que una noche pelearon y que él la amenazó de muerte, que le dijo que la iba a ver arrastrando, que de él no se iba a burlar”, cuenta Fernando Arana, hermano de la víctima y quien se ha manifestado en la Fiscalía capitalina para exigir que el caso se investigue cómo feminicidio y que se juzgue al detenido por este delito.
Adriana era la cuarta de cinco hijos, había estudiado sistemas y tenía una hija de 14 años de edad.
Aunque para 2019 ya se había separado de Enrique y lo había denunciado por violencia intrafamiliar, Adriana vivía con miedo.
“Ya separados, él la acosaba, la seguía, aparecía de la nada afuera de su trabajo o fuera de la casa de mi papá, con capucha y lentes. Vivía con miedo, siempre decía ‘tengo miedo, me va a hacer algo’. A mí me llegó a comentar que el día que no estuviera, quería que su hija estuviera con una hermana”, cuenta su hermano Fernando.