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Tertuliana. Se busca ruta para las universidades públicas

Pie de Página

CIUDAD DE MÉXICO.- En México, donde las universidades públicas ofrecen educación a precios muy bajos, solo el 17 por ciento de la población tiene acceso a ellas. En cambio, en Estados Unidos, donde los pagos por la educación superior implica grandes deudas, el 85 por ciento de accede a ella.

¿En dónde se perdieron las universidades en México? ¿Qué podemos hacer para garantizar este derecho a más personas y de una mejor manera? Como cada fin de mes, periodistas, especialistas y el público de Pie de Página nos encontramos en el restaurante Tierradentro para hablar sobre el tema.

Universidades ¿para el pueblo?
¿Se está derechizando la UNAM? Preguntó Federico Anaya, quién ha sido abogado general del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Decir que la UNAM se ha derechizado es tener la ilusión de que alguna vez estuvo a la izquierda, respondió.

«El héroe de los universitarios es José Vasconcelos, el hombre más racista en la historia de la educación pública», dice el abogado al recordar que Vasconcelos defendía la idea de que «no todo mundo necesitaba ir a la universidad» y quién fue un férreo detractor de la idea de la educación universal propuesta por los hermanos Saenz.

Y es que aún nos persigue el fantasma de la gratuidad, según recordó la doctora Violeta Nuñez Rodríguez, economista con doctorado en Desarrollo Rural y académica de la Universidad Autónoma Metropolitana. «El proceso de las huelgas del 86 y 87, o de la reforma del 92, en la que se eliminaba la gratuidad de la educación superior y media superior de la constitución, que fue algo que apenas en este sexenio se cambió. Está ese fantasma siempre presente», dijo .

El Sistema Nacional de Investigadores, un parche para un remiendo

El Sistema Nacional de Investigadores, más conocido como SNI, recordó el abogado Anaya, fue pensado como un complemento salarial destinado a paliar los bajos ingresos bajos de los profesores universitarios.

«Hay que recordar de dónde venimos, de la idea de que había que hacer crecer a México, según Salinas. El panorama general era que en ese entonces había muy poca organización académica y los salarios de la docencia y la investigación estaban por el suelo. El SNI surgió como el complemento salarial de los profesores», contó al respecto.

Este sistema exige que los profesores universitarios desarrollen algún tipo de investigación en su materia y publique artículos científicos al respecto, además de dar clases.

En su nivel más bajo, el SNI puede representar el 53 por ciento del ingreso de un académico, aunque en sus niveles más altos puede ser hasta el 80 o 90 por ciento. Este incentivo no se toma en cuenta al momento de jubilación de los docentes. Hoy los profesores que tienen una plaza subvencionada por el SNI no suelen querer jubilarse por el alto porcentaje de su ingreso que representa esta razón.

«De alguna forma, el SNI no es un verdadero estímulo a la investigación, e más bien para subvencionar los salarios y ahorrarles pensiones a las universidades», comentó al respecto Teresa Rodríguez de la Vega, profesora de tiempo completo en el Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Para muestra, un ejemplo aportado por la doctora Vázquez Rojas, al interior de la Universidad Autónoma Metropolitana la edad promedio del profesorado es de 60 años. La UAM, dice, se considera una universidad joven, que debería tener una edad de profesorado acorde, sin embargo, esto no pasa. En universidades como la UNAM o el Poli, el promedio es más alto.

Mientras las plazas de docencia a tiempo completo en las universidades se cuidan mucho, hay generaciones de personas que se gradúan de doctorados esperando poder ocuparlas. Ante la falta de estas plazas, optan por estudiar posdoctorado tras posdoctorado.

Que el complemento salarial sea a través de un incentivo a la investigación genera un par de problemas, señaló la doctora Teresa Rodríguez. Mientras vas subiendo en la escala del SNI, vas cediendo horas de clase, lo que tiene impactos negativos, el principal, el descuido de la docencia; además fomenta la cultura del refrito y el plagio, al centrar los estímulos en la publicación de artículos científicos y no la enseñanza.

Qué se puede hacer
Ante un panorama tan oscuro el abogado Federico Anaya citó un par de ejemplos que dan esperanza ante el sistema académico Mexciano, que usan el Sistema de Investigación para fomentar mejores clases, como el de la maestría en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, o la propuesta educativos de los Técnico Superior Universitario que ha empezado a implementar la Universidad Iberoamericana, en el que ocupan la subvención de SNI para abrir la educación privada a sectores más amplios.

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