Douglas Bringas recrea la música amorosa en el piano
Desde que la humanidad existe ha recurrido a la música para expresar todos sus sentimientos, emociones y pasiones; particularmente desde principios del Siglo XIX los artistas enfatizan en el amor, explicó el pianista Douglas Marcelo Bringas Valdéz.
Durante el concierto “Sonidos del amor” promovido por el departamento de Promoción y Espacios Culturales de la Dirección de Extensión de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), el también investigador ofreció una muestra de la presencia del sentimiento amoroso en la música.
Previo a la interpretación de piezas del ruso Aleksandr Scriabin, relató que se trata de un artista cuya escritura musical evoluciona mientras él se desarrolla humana y musicalmente. “En la juventud era totalmente romántico, luego cambia de amor personal a amor por la humanidad. Lee filosofía hondún, teosofía, metafísica y considera ayudar a la espiritualización del hombre”.
Sobre el francés Éric Alfred Leslie Satie, Bringas resaltó su presencia en la exposición mundial de París, en 1889, en que encontró unos platos griegos antiguos con pinturas de danzantes desnudos, lo que le llevó a imaginar la música que bailaban. El resultado, unas danzas griegas que no se relacionan con la música griega antigua pero tampoco con lo que entonces hacían sus contemporáneos.
El profesor de la Facultad de Música de la UNICACH también hizo presente la obra del chiapaneco Fernando Soria, a quien ha investigado profusamente, así como ha rescatado y difundido sus composiciones, muy reconocidas en Europa.
La gala concluyó con piezas de Frédéric François Chopin, “uno de los compositores románticos por antonomasia y representante del piano”. Al detallar la obra de este compositor polaco, Douglas Bringas concretó que “sus piezas se han caracterizado por simbolizar al amor en los últimos dos siglos”.