- El promedio de los países miembros de la OCDE llega a 44%, señala el organismo
MANUEL MONROY
Tras el rechazo de la reforma educativa por parte del Senado, Coparmex consideró que ello da la oportunidad de alimentar sustancialmente un debate público que ponga a la educación en el centro, pues México ocupa el vergonzoso último lugar de la prueba PISA y solo el 23% de los jóvenes tienen educación superior, muy por debajo del 44% de los países miembros de la OCDE.
La Confederación Patronal de la República Mexicana señaló que la educación, como objetivo de política pública, es una de las piedras angulares para el desarrollo. “Sin ella, la posibilidad de acceder a la economía del conocimiento y la democratización de la productividad es imposible y a pesar de ello, la deuda que México tiene en el tema es evidente”.
Gustavo A. de Hoyos Walther, líder del organismo, calificó como preocupante los retrocesos en temas críticos como son la supuesta gratuidad de la educación, la eliminación de la evaluación docente y la ausencia de un plan estratégico en materia educativa. “La reforma educativa de manera expresa decreta la gratuidad de la educación superior, incluyendo la obligación de garantizar que las universidades públicas cuenten con el presupuesto necesario”.
Sin embargo –anotó- el presupuesto público no está posibilitado para cumplir esta propuesta. “De 2017 a 2019, la participación de los recursos federales destinados a la educación superior respecto a la inversión total en educación pasó de 72 a 66%. Además, en el PEF 2019, los recursos para educación superior disminuyeron 0.5% respecto a 2018”, detalló.
Recordó que los graves problemas financieros que enfrentan estas escuelas públicas se están multiplicando en todo el país. “Universidades estatales, como las de Baja California, Guerrero, Morelos, Oaxaca y Tabasco, incluso han enfrentado dificultades para cubrir su nómina”.
Aseguró que el camino a la gratuidad debe comenzar por el establecimiento de reglas claras en la asignación de sus recursos, acompañadas de fórmulas, con base en indicadores de desempeño, transparencia y eficacia en el uso de los recursos. “También, se debe fomentar la mayor recaudación de recursos propios, así como las aportaciones de los estados y municipios”.
Afirmó que la reforma educativa deja un mensaje claro y alarmante: no habrá consecuencias para un mal desempeño de los docentes. No vincula la permanencia de los maestros al resultado de sus evaluaciones y con ello abre la puerta al regreso de prácticas como la venta de plazas.
De Hoyos Walther urgió a ampliar la rectoría del Estado en materia educativa. Mantener el control de las plazas, así como la capacitación y evaluación continua a docentes. “Se deben tener consecuencias a los bajos desempeños de los maestros. Sin ello no habrá incentivos a aumentar la calidad educativa”.
El líder empresarial hizo un llamado al gobierno para ampliar el apartado sobre educación en el Plan Nacional de Desarrollo (PND). “Es necesario que se den a conocer de forma puntual cuáles serán las estrategias, rutas de acción, metas e indicadores que se plantean conseguir en este sexenio. Sin ello, el camino al éxito es imposible”, subrayó.