En las reflexiones preparadas por el Papa y leídas por Parolin, también se hizo hincapié en que Jesús «no es una idea abstracta, es concreto, encarnado, nació de mujer y creció pacientemente».
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ROMA (EUROPA PRESS).- El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, quien sustituyó al Papa Francisco –afligido por una dolorosa ciática– en la celebración de la primera misa del año, señaló que, además de la vacuna contra el covid-19, la sociedad necesita una «vacuna para el corazón».
«Este año, mientras esperamos una recuperación y nuevos tratamientos, no dejemos de lado el cuidado. Porque, además de la vacuna para el cuerpo se necesita la vacuna para el corazón, que es el cuidado», señaló Parolin en la homilía que fue preparada por Francisco para este viernes 1, que coincide con la ‘Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios’. Este primer día del año se celebra además la 54 Jornada Mundial de la Paz, que este 2021 lleva precisamente por título ‘La cultura del cuidado como camino de paz’.
En este sentido, el purpurado añadió: «Será un buen año si cuidamos a los otros, como hace la Virgen con nosotros». Por ello instó a «encontrar tiempo para alguien». Y manifestó: «El tiempo es una riqueza de la que somos celosos, porque queremos usarla sólo para nosotros. Pidamos la gracia de encontrar tiempo para Dios y para el que está solo y sufre».
En su homilía reivindicó la figura de la Virgen María que –dijo– fue «bendición» para quienes la encontraron: para Isabel, para los esposos de Caná y para los Apóstoles en el Cenáculo.
En este sentido, invitó a los cristianos a imitarla: «El mundo está gravemente contaminado por el decir mal y por el pensar mal de los demás, de la sociedad, de sí mismos. Pero la maldición corrompe, hace que todo degenere, mientras que la bendición regenera, da fuerza para comenzar de nuevo. Pidamos a la madre de Dios la gracia de ser para los demás portadores gozosos de la bendición de Dios, como ella lo es para nosotros».
De este modo, señaló que la Virgen María es «sólo el puente entre Dios y nosotros» y «el camino que Dios ha recorrido para llegar a nosotros, y es la senda que debemos recorrer nosotros para llegar a Él».
En las reflexiones preparadas por el Papa y leídas por Parolin, también se hizo hincapié en que Jesús «no es una idea abstracta, es concreto, encarnado, nació de mujer y creció pacientemente». En este sentido, el secretario de Estado del Vaticano destacó que las mujeres «conocen esta concreción paciente» mientras que los hombres son «frecuentemente más abstractos» y quieren «las cosas inmediatamente».
«Las mujeres son concretas y saben tejer con paciencia los hilos de la vida. Cuántas mujeres, cuántas madres de este modo hacen nacer y renacer la vida, dando un porvenir al mundo. No estamos en el mundo para morir, sino para generar vida», abundó Parolin.
Por otro lado, instó a los sacerdotes a que «bendigan al pueblo de Dios, sin cansarse». Y aseguró: «El Señor sabe que necesitamos ser bendecidos: lo primero que hizo después de la creación fue de cada cosa y decir muy bien de nosotros. Pero ahora, con el hijo de Dios, no recibimos sólo palabras de bendición, sino la misma bendición: Jesús es la bendición del Padre».
Tan solo unas cien personas participaron en la misa de este viernes 1 celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano. Todas ellas, además de llevar mascarilla, respetaron las distancias de seguridad marcadas por la emergencia sanitaria, sentándose cada una en un banco de la basílica.
Ayer se dio a conocer que el Papa Francisco, quien el pasado 17 de diciembre cumplió 84 años, no podría celebrar los oficios litúrgicos del Te Deum en acción de gracias por el año que terminó ni tampoco la primera celebración de 2021.
La oficina de prensa del Vaticano explicó que Francisco sufre una «fuerte ciática» que se produce cuando una hernia de disco, un espolón óseo en la columna vertebral o un estrechamiento de la columna vertebral estenosis del conducto vertebral comprimen parte del nervio.
De esta manera, se informó, será el Prefecto emérito de la Congregación para los Obispos y presidente emérito de la Pontificia Comisión para América Latina y cardenal decano, Giovanni Battista Cardenal Re, quien celebre la misa, mientras que el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, celebrará la misa de año nuevo.