La Jornada
Ciudad de México. Con el respaldo de todas las fuerzas políticas, el Senado de la República aprobó esta noche la reforma al artículo segundo Constitucional, que eleva a la Carta Magna el reconocimiento y protección de los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos, y obliga al Estado a garantizar su cultura e identidad.
La reforma se aprobó durante la segunda sesión de esa cámara, en un ambiente poco común en lo que va de la legislatura, ya que hubo coincidencia total en Morena y la oposición sobre la trascendencia de esa modificación legal, que establece que la nación mexicana se sustenta en la grandeza de sus pueblos originarios y tiene una composición pluricultural y multiétnica.
En lo general y lo particular se aprobó con 127 votos a favor y cero en contra y se turno a los congresos de los estados para continuar con el proceso del Constituyente.
“Caminamos en el sentido correcto para resarcir la deuda histórica con los pueblos y comunidades indígenas y afroamericanos, que desde la colonia han padecido el despojo y explotación de sus territorios, así como la discriminación de sus culturas e identidades por parte de la sociedad en general”, expreso en tribuna la presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales, Ernestina Godoy.
En medio de sollozos, de lágrimas que corrían por sus mejillas, la senadora indígena Reyna Ascencio Ortega, agradeció al presidente Andrés Manuel López Obrador por haber presentado esa iniciativa “que nos visibiliza”. Los otros cinco legisladores de Morena que representan a etnias la acompañaron en tribuna, entre ellos el oaxaqueño Antonino Morales, quién en su lengua zapoteca y también en español, resaltó que esa reforma “es el broche de oro” con que cierra el gobierno actual dela 4T, ya que comienza la recuperación de la dignidad y la esperanza de los reelegados y olvidados.
Al presentar el dictamen, la senadora de Morena recalcó que el paso que se da con esta modificación, “tiene un profundo significado social y de trascendencia histórica” toda vez que las constituciones de 1857 y 1917, con todos sus logros, no abordaron los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos.
Por primera vez, recalcó Godoy, junto con sus derechos individuales, son reconocidos sus derechos colectivos. Es “la piedra angular”de la reforma, ya que “ se da respuesta a uno de sus principales demandas, la de ser sujetos de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, el mecanismo más eficaz para ejercer su libre, determinación y autonomía”.
Se les dejará de considerar como entidades de interés público, detallo, “figura bajo la cual ha prevalecido una situación de tutelaje gubernamental”.
Se les reconoce y protege su patrimonio cultural, material e inmaterial, la propiedad intelectual colectiva respecto a ese patrimonio, “lo que es de gran relevancia para la protección contra distintas formas de apropiación indebida y piratería”.
Igualmente, desde la Constitución se preservan las lenguas indígenas, se reconoce la medicina tradicional, se preserva su habitat, la integridad de sus tierras, incluido sus lugares sagrados.
Asimismo, detalló la próxima Consejera Jurídica de la Presidencia de la República, se reconoce su derecho a hacer consultados sobre medidas administrativas o legislativas que los afecten y “de la mayor importancia es el reconocimiento a los derechos de las mujeres indígenas y afromexicanas a participar de forma sustantiva en las decisiones de sus comunidades.
Desde la oposición se avaló la reforma. El coordinador de MC, Clemente Castañeda dijo que representa un legado de la actual legislatura, la priísta Anabell Avalos y la panista Mayuli Latifa, demandaron que en la legislación secundaria se garantice el cumplimiento efectivo de los derechos indígenas.
¡¡Nunca más un México sin nosotros¡¡¡ gritó la senadora Edith López Hernández, originaria de San Juan Chamula, Chiapas.
Los representantes de diversos grupos étnicos y afromexicanos que estuvieron presentes en la sesión, aplaudieron y lanzaron gritos de júbilo al aprobarse la reforma.