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«Se extraña la voz de México en el debate de gravar a ricos»

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La Jornada

Washington y Nueva York., Al mundo le falta la voz de México en los debates internacionales acerca de la tributación, entre otros temas, y actuar sobre la política fiscal doméstica podría ayudar al gobierno de Claudia Sheinbaum a lograr sus objetivos sociales, comentó José Antonio Ocampo, ex ministro de Finanzas de Colombia y ex secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en entrevista con La Jornada.

Ocampo, quien es integrante de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), también expresó la esperanza de que México retomará su papel histórico como líder en asuntos internacionales, incluyendo propuestas para gravar a los superricos.

En la entrevista, Ocampo empezó con recomendaciones para México: “Creo que tiene que hacer una reforma tributaria, porque si no, el recorte del gasto que tiene que hacer –dado el déficit tan alto que registra– sería muy complicado para el proyecto de gasto social del gobierno”, aseguró.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador básicamente trató de garantizar que las obligaciones tributarias se pagaran. Eso fue lo principal, pero sin cambiar las normas tributarias. Y México tiene un nivel de recaudación de impuestos como porcentaje del PIB inferior al promedio de América Latina.

El ex secretario general de Cepal explica que el nivel de recaudación de impuestos en México es mucho menor al de otros países del continente americano, como Brasil, Colombia y Chile. Los líderes del Grupo de 20 (G-20), del cual es integrante México, han acordado explorar un impuesto mínimo global sobre los multimillonarios. La propuesta no estipula cómo recaudar los impuestos, sólo dice que cada país debe asegurar que las élites paguen por lo menos 2 por ciento del valor de su riqueza en impuestos cada año.

Una de las propuestas de la ICRICT es que cada nación elabore un registro de todos los activos financieros, propiedades y otros bienes de individuos ricos en su territorio y después compartir esta información con otros gobiernos para evitar que los ricos oculten sus fortunas. Es muy importante que sea por beneficiario final. O sea, no es una empresa, sino quienes son los propietarios de esa empresa. Este es el impuesto al patrimonio en Colombia. O sea, si uno posee acciones de una firma, tiene que declararlas como patrimonio personal, explicó.

Más allá de abordar la reforma fiscal en México, Ocampo expresó la esperanza de que el país, de manera pública, retorne a participar en el ámbito internacional sobre estos y otros temas.

Con Andrés Manuel López Obrador, México desapareció de la agenda, no había ninguna prioridad para las propuestas internacionales. Es un contrasentido, afirmó. México es muy importante en estos debates internacionales.

Algo que sorprendió a Ocampo fue cuando en Naciones Unidas se discutió el proyecto de crear una convención tributaria en noviembre del año pasado y México se abstuvo, pero en agosto de este año votó a favor de los términos de referencia del proyecto.

Ocampo señaló que Brasil apunta a un papel de liderazgo al promover las propuestas sobre impuestos en el G-20; sin embargo, no puede jugar el papel que podría tener México en América Latina. Primero, porque hablan portugués, pero también porque quiere ser potencia. México nunca ha jugado a eso. Entonces, por eso Brasil nunca ha sido el líder latinoamericano, mientras México sí lo era.

Una manera para cambiar eso, explicó, sería que México se sumara a la Plataforma Regional de Cooperación Tributaria creada el año pasado en Cartagena de Indias por una iniciativa de Colombia, Chile y Brasil con el propósito de crear un espacio de integración de los ministerios de Hacienda, Economía y Finanzas para fomentar el diálogo y orientar las políticas tributarias internacionales.

Ojalá que Sheinbaum entre a plataforma, expresó.

México es un país grande. Fue el líder internacional, declaró. Espero que la presidenta Claudia Sheinbaum y su canciller realmente metan a México a los debates internacionales.

Más allá del tema fiscal, La Jornada preguntó si ve alguna iniciativa en este momento que busque construir estructuralmente un nuevo tipo de economía, incorporando reformas fiscales y propuestas más amplias.

Todos los gobiernos de izquierda tienen propuestas. Ahora, ¿para dónde van?, difieren unas de otras. Y no es el estatismo viejo, pero sí hay más programas sociales, más intervención del Estado, incluso más promoción oficial de nuevas actividades económicas. Ese es un tema que ha vuelto a la agenda, que estaba totalmente ausente antes, destacó.

Ahora hay muchas más propuestas de política industrial. Es una agenda diversa y diferentes programas sociales son importantes en todas esas agendas de izquierda, digamos. Y, claramente, la reforma fiscal enfocada en gravar a los superricos debe ser parte de estas propuestas, subrayó.

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