IÑAKI GAISKA
Freddy Ocaña Hernández, investigador de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH) informó que en las últimas décadas el suicidio de niños y jóvenes se ha elevado considerablemente, “cuando antes era sólo un fenómeno entre adultos”.
En entrevista, detalló que los varones optan más por quitarse la vida que las mujeres, sin embargo, son los hombres que en la primera oportunidad logran su objetivo, mientras que las damas lo intentan en varias ocasiones. “Las causas más comunes para llegar a esta determinación son los sentimentales (cuestiones amorosas) así como por depresión al haber sufrido alguna pérdida.
Consideró que la elevación de las cifras de menores quitándose la vida se debe a factores como el consumismo excesivo. “Muchos viven abrumados al no poder alcanzar ciertas posesiones que desean, lo cual los frustra y origina que tengan pensamientos negativos y por ende llegan a decisiones extremistas”.
Lamentó que la situación no sea privativa del estado o el país, pues se está descubriendo que en diversas partes del mundo, cada vez más los adolescentes se suicidan. “Hoy día los niños pasan más tiempo solos, es decir, no tienen el amor y compañía de sus padres en momentos significativos y ello les genera se cuestionen que tan bueno es seguir viviendo”.
Aunque no proporcionó cifras al respecto, el profesor recordó que hace 30 años en las zonas indígenas del estado no existía esta problemática “empero, desde la instalación de escuelas en estos lugares, aparentemente creó en los muchachos incertidumbre, al originar que muchos se preocuparan prematuramente por la actividad en que se desempeñarían más adelante”.
Ocaña Hernández desechó la existencia de fechas específicas en que los suicidas opten por realizar esta práctica. “Sin embargo, hay épocas en las que se sabe que algunas personas llegan a deprimirse como en la navideña”, subrayó y agregó que para quien decide quitarse la vida, lo hace desde mucho tiempo atrás.
Recalcó que este fenómeno tiene como finalidad para quien lo comete el culpar de esta determinación a un segundo. “No es sólo un acto aislado, sino lo que el mismo provocará en la familia, amigos y parientes. De hecho de esta situación surgen prácticas de coacción como las usadas entre una pareja, donde uno amenaza al otro que si lo abandona se quitara la vida”.
El experto se negó a calificar de padecer “síntomas” a quienes tienen ideas suicidas. “Lo que hace una persona que desea morir es dar avisos claros, como el aislarse de sus seres queridos, el volverse introvertido, entre otros”, refirió.
