Chiapas se ha convertido en el foco rojo de atención ante los últimos acontecimientos suscitados en la capital Tuxtla Gutiérrez y en el municipio de Pantelhó.
Tensa calma en la capital
En el primer caso, más allá de que las autoridades den un avance acerca del tiroteo ocurrido el miércoles por la tarde en el fraccionamiento Centenario, continúa el hermetismo al respecto, por lo que la principal versión de los hechos es que Ramón Gilberto Rivera, hijo del Tío Gil, operador del Cártel de Sinaloa fue asesinado junto a cinco hombres más que lo acompañaban, por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación. Habrá que esperar que la Fiscalía General de la República de más información sobre el caso.
Recrudece violencia en Pantelhó
Mientras que en el municipio de Pantelhó la situación de violencia se ha recrudecido en una jornada que ni las mismas autoridades han podido controlar, ya que este jueves durante un operativo preventivo y disuasivo en el municipio de Pantelhó, elementos del grupo interinstitucional de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana fueron agredidos con proyectiles de arma de fuego, resultando lesionados ocho de ellos, mismos que fueron trasladados en ambulancias aéreas a un nosocomio en Tuxtla Gutiérrez para su atención urgente. Las autoridades correspondientes iniciaron las diligencias de investigación tendientes a esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades.
Asimismo, la SSyPC informó que continuarán los operativos interinstitucionales para garantizar el orden, la seguridad y la paz en la región.
Explosivos de alto poder en Simojovel
Aunado a esta situación, en el municipio de Simojovel, pobladores de la comunidad Nuevo Israelita, de donde era originario el exdirigente de la organización Las Abejas de Acteal, Simón Pedro Pérez López, asesinado de un balazo el pasado lunes, encontraron en esta localidad dos explosivos y tres detonadores de muy alta potencia, capaces de acabar con el ejido, informó el sacerdote Marcelo Pérez Pérez, párroco de Simojovel.
Los artefactos estaban en dos casas, propiedad de hombres del vecino municipio de Pantelhó que hace algunos años llegaron a vivir a esa comunidad, pero aseguró que con el tiempo se fueron coludiendo con la delincuencia.
Pérez Pérez, aseguró que las viviendas en las que encontraron los dos artefactos y los tres detonadores son propiedad de las personas que mataron a Simón Pedro, ya que los ejidatarios los identificaron como parte de los delincuentes de Pantelhó.
Agregó que el personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), no podía desactivar los artefactos por ser de alta potencia y si llegaran a explotar acabarían con toda la comunidad, por lo que esperaban personal especializado del Ejército Mexicano para realizar esta operación.