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RODOLFO CALVO QUIERE SECUESTRAR A LA UNICACH

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LETRAS DESNUDAS
MARIO CABALLERO

Es mentira que Rodolfo Calvo Fonseca haya renunciado a la rectoría de la UNICACH por prescripción médica. La excusa de que los médicos lo valoraron como una persona de alto resigo de contraer Covid fue la versión que él mismo hizo circular en los medios de comunicación para tratar de ocultar que fue despedido tras encabezar una administración opaca, sin ética y bajo sospechas de enriquecimiento ilícito.
A pesar de que le ordenaron que renunciara, está tramando continuar al frente de la institución a través de uno de sus achichincles. Cínico. Ha dicho que le será fácil imponer al nuevo rector porque la Junta de Gobierno de la universidad le pertenece. Esto último no es una mera conjetura, ya que él se aseguró de ventilar que cada miembro de ese órgano se lo debe. La sola intención, sin lugar a dudas, representa un claro desafío al gobernador de Chiapas.
OSCUROS ANTECEDENTES
Antes, durante y después de la designación de Rodolfo Calvo, se dijo que sería lo peor que podría pasarle a la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Había muchos motivos para creerlo de ese modo. Especialmente, por su gestión como director de la Facultad de Contaduría y Administración campus 1 de la UNACH, cargo del que también fue echado a patadas por un presunto desfalco a las arcas universitarias estimado entre 15 y 20 millones de pesos.
Tomó protesta como director de la Facultad de Contaduría para el periodo 2007-2011. Pero año y medio después de asumir el puesto le llevaron a su propia oficina la carta de renuncia. “¡Fírmala, Rodolfo!”, le ordenaron.
Calvo siempre ha codiciado la rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas, de la que se graduó como contador público, pero entonces tuvo que conformarse con tutelar una dirección de ésta.
Lo primero que hizo fue colocar a sus amantes, amigos y familiares en puestos clave y con altos sueldos. Por ejemplo, a Ariel Gómez Séptimo lo designó en la Administración General y a una de las tres mujeres que tenía en esos años, en la Dirección de Posgrado.
Muy poca gente ignora que Rodolfo Calvo fue cadenero en sus años mozos de la discoteca San Remo de las Estrellas. Luego fue dueño de un antro, llamado Yardas, que instaló en una galera y que atendía con ayuda de todos sus hermanos. Hubo un momento, entre 2007 y 2012, que tuvo alrededor de diez tugurios, dos de éstos eran table dance, que muchas veces fueron clausurados por presuntos delitos de venta de drogas y prostitución.
Con esa actividad logró propiedades, como casas, edificios, un periódico, una revista y una radiodifusora, que existen sin pena ni gloria.
No fue extraño que Rodolfo Calvo dirigiera la Facultad de Contaduría como si estuviera organizando una borrachera.
Dispuso de las plazas administrativas para su gente de confianza, los vehículos oficiales eran usados por personal de sus negocios, la empresa de seguridad privada de su hijo Jhovany fue contratada por la escuela bajo prestanombres, realizó obras de infraestructura con constructores amigos suyos que se prestaron a la rapiña y su amante, que también tenía la administración de una de las cafeterías, supuestamente cobraba entre 5 y 8 mil pesos para el pase seguro a los alumnos de nuevo ingreso. Esto sólo por mencionar algo.
COMO RECTOR
Una de sus primeras instrucciones como rector fue meter en la nómina de la universidad a sus hermanos, amigos, sobrinos, compadres, muchos de ellos sin secundaria terminada, pero con buenos sueldos. En el colmo, varios de los empleados de sus negocios también fueron incluidos, como diseñadores, meseros, cadeneros y edecanes.
En total, más de cien personas contratadas por la rectoría de Calvo Fonseca que hicieron impagable la nómina e impidió que la base trabajadora tuviera acceso a aumentos salariales.
Por ejemplo, su hermano Julio César González Fonseca, quien no tiene ninguna preparación profesional, cobraba -¿o cobra?- alrededor de 50 mil pesos mensuales, con el puesto de secretario particular. A Ariel Gómez Séptimo lo nombró secretario general, quien acosaba a los trabajadores, amenazaba a los sindicatos y fue señalado de presuntos desfalcos millonarios a la institución.
Por otro lado, por irresponsabilidad de Rodolfo Calvo los indicadores de la UNICACH están por abajo del 50% de su cumplimiento ante los organismos evaluadores. Y desde hace dos años la institución dejó de pertenecer al grupo de universidades que mantienen su nivel de calidad. No es todo. Muchos de los posgrados perdieron su nivel ante el Programa Nacional de Posgrados de Calidad PNPC.
Entre los daños económicos, Calvo generó el endeudamiento más grande que la universidad haya tenido en toda su historia. Se descubrió que tenía una deuda de 104 millones de pesos con el IMSS y otros 100 millones con el Infonavit. Otros adeudos fue con los maestros, por conceptos de cursos de capacitación, asesorías, cuotas sindicales, pagos de marcha, et al.
Las obras de infraestructura no fueron ejecutadas por el INIFECH, sino por las empresas de construcción, mantenimiento y servicios de su hijo Jhovany. La comercializadora de su hija Lesdy Calvo Chacón obtuvo contratos para los servicios de limpieza y seguridad.
La lista de fechorías de Rodolfo Calvo es interminable. Pero creo que lo antes enumerado basta para saber el grado de corrupción y depravación que ejerció durante los más de tres años que ostentó la rectoría.
Pasemos, ahora, a lo urgente: su intención de imponer a alguien a modo que le permita seguir teniendo el control de los recursos y bienes de la universidad.

LOS CANDIDATOS

Rafael Domínguez Salazar.

Juan Pablo Zárate Izquierdo.

Sandra Autora González.

Haciendo gala de mucho poder, Calvo Fonseca ordenó a los miembros de la Junta de Gobierno publicar de manera apresurada la Convocatoria para la recepción de propuestas de candidatos y candidatas a rector de esa casa de estudios. Y los primeros que se inscribieron fueron sus candidatos.
Uno de ellos es Sandra Aurora González, a quien Rodolfo Calvo le entregó a finales del 2020 el nombramiento de Secretaria Académica.
Otros son Juan Pablo Zárate Izquierdo y Ángel Estrada Martínez, sus incondicionales. Ambos está implicados en varios delitos, como fraude y acoso sexual.
Uno más es Rafael Domínguez Salazar, compadre y amigo de toda la vida de Rodolfo Calvo. Éste también está señalado de ser su cómplice en la corrupción en la Facultad de Contaduría. Fue el que sustituyó a Ariel Gómez Séptimo en la UNACH, y ahora en la UNICACH.
Domínguez Salazar quedó como encargado de la rectoría, pero se dice que siendo secretario general era el encargado de pagar las cuotas a los amigos del ex rector, de repartir las plazas administrativas y docentes y de operar los desvíos de recursos. Es éste, por el nivel de confianza y complicidad, el más idóneo para asumir la rectoría que quiere Calvo Fonseca para no perder sus privilegios ni los de su familia.

INVESTIGACIÓN
Como podemos observar, la historia volvió a repetirse. La misma corrupción que Calvo protagonizó como director de la facultad, la duplicó como rector de la UNICACH. Lo mismo podríamos decir de su vergonzosa salida.
El gobernador Rutilio Escandón Cadenas ha sido respetuoso de las instituciones. Pero es urgente que intervenga en el proceso de elección del nuevo rector porque corre la amenaza de que el viejo cadenero tome por asalto a la universidad.
Pero el asunto no debe terminar con un simple alto a las intenciones de Rodolfo Calvo, pues éste tiene que pagar por los muchos daños que ocasionó a la comunidad universitaria y ser investigado por el sospechoso enriquecimiento que ha tenido en los últimos años. ¡Chao!
yomariocaballero@gmail.com

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