Proceso
CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- En municipios de Sinaloa, la violencia e inseguridad que se vive desde hace siete meses han provocado el ausentismo de hasta 60% de los alumnos y la pérdida de, al menos, 30 días de clases, denunció la asociación civil Mexicanos Primero en esa entidad del norte del país.
Esa situación, dijo, se debe a la “violencia e inseguridad que se vive en distintos municipios de la entidad, donde niñas, niños y adolescentes están dejando de asistir a la escuela debido al miedo, la incertidumbre o la falta de condiciones mínimas para garantizar un entorno seguro”.
Y es que, al menos desde septiembre del 2024, la violencia e inseguridad en esa entidad, se ha incrementado por el conflicto entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: “Los Mayos” y “Los Chapitos”.
En un comunicado, la organización en su capítulo Sinaloa manifestó su “profunda preocupación”, pues en lo que va del presente ciclo escolar, el observatorio de medios de Mexicanos Primero identificó que, “hasta enero de 2025, la inseguridad propició la pérdida de al menos 30 días de clases, sin considerar los descansos obligatorios ni las sesiones de Consejo Técnico”.
Agregó que “se sigue acumulando ausentismo, como es el caso de Mocorito donde el porcentaje de asistencia de los alumnos disminuyó a un 40 por ciento, o Choix donde también se tiene baja asistencia escolar”.
La organización reconoció que la autoridad educativa y las comunidades escolares han hecho esfuerzos para garantizar el derecho a la educación.
Sin embargo, aseguró que “la magnitud del reto exige redoblar esfuerzos y avanzar hacia una respuesta más decidida y coordinada que asegure que ninguna niña, niño o adolescente quede excluido de aprender por miedo o por la falta de condiciones mínimas de seguridad”.
Sugieren acciones
Ante este escenario, Mexicanos Primero Sinaloa llamó a la autoridad educativa de ese estado a que “actúe, escuche y resuelva” el tema y sugirió enfocarse en cuatro acciones concretas:
Diseñar e implementar estrategias flexibles y focalizadas que permitan a los estudiantes recuperar los aprendizajes perdidos tras interrupciones o ausencias escolares.
Brindar acompañamiento emocional a estudiantes, docentes y familias, reconociendo las consecuencias negativas que los contextos de violencia generan en la vida escolar.
Brindar a docentes y directivos acompañamiento, formación y respaldo institucional que les otorgue estrategias y herramientas para la continuidad pedagógica y protección ante situaciones de inseguridad.
Generar espacios de diálogo y colaboración con las comunidades escolares, organizaciones de la sociedad civil y otras instancias públicas y privadas, para sumar esfuerzos y trabajar activa y colaborativamente en la atención de este problema.