*La diputada local Rosa Netro Rodríguez calificó tal pretensión como absurda
*De aterrizarse el proyecto, la Reserva Protegida sólo quedaría en 99 mil hectáreas
MISAEL AUTE
La presidenta de la Comisión de Bosques y Selvas del Congreso del estado, Rosa Netro Rodríguez, calificó como absurda la pretensión de la Procuraduría Agraria de dividir la Selva Lacandona para destinar 232 mil hectáreas de la misma a actividades productivas, como las agrícolas y ganaderas.
En entrevista, la legisladora señaló que de hacerse este proyecto realidad, la zona protegida sólo quedaría en 99 mil hectáreas, por lo que la acción bien se puede calificarse como un macroecocidio y pidió que estos datos sean confirmados para no desinformar a la sociedad.
“Ante este tipo de proyecto, quienes se esperaría que fueran las primeras en pronunciarse en contra son las responsables de nombrar las reservas ecológicas en el país. Si bien es cierto existe esta intención, no sabemos si ya fue aceptado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) o la misma Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)”, dijo.
Tras recordar que aproximadamente el 70 por ciento del territorio chiapaneco tiene vocación forestal, la representante popular señaló que el desparecer dos terceras partes de la misma, sería un grave atentado contra el ecosistema, donde hay especies endémicas tanto animales como vegetales.
En opinión de la diputada local, la propuesta carece de sustento, independientemente de que en México hay otras zonas que se podrían destinar para el desarrollo de las citadas actividades productivas. “Chiapas tiene muchísimos problemas, como para agregarle uno más”.
Externó que de resultar ser un proyecto que la Procuraduría Agraria inicie en breve, el gobierno del estado, así como el Poder Legislativo local deben manifestarse en contra para impedir la devastación del patrimonio ecológico de la entidad. “Esa debe ser incluso la postura de todos los chiapanecos”.
Cabe hacer mención que en 1972 por Decreto Presidencial, 331 mil 200 hectáreas de esa zona de Chiapas fueron seleccionadas como reserva natural protegida y su cuidado quedó a cargo de los indígenas lacandones.
