La carrera como servidor público de Yamil Melgar Bravo si bien es cierto lo ha colocado en buenos puestos desde 1998, no es lo bastante destacada como para pensar que pueda ganar la alcaldía de Tapachula, en 2024.
Sobre el tema, el propio legislador aceptó (en entrevista que concedió en el Congreso del estado), estar en espera de los tiempos para dar a conocer sus intenciones, aunque éstas ya se conozcan, pues para nadie es un secreto que hace dos años y medio intentó ser el ungido para la alcaldía de su tierra natal.
Según su curriculum, mismo que de puede consultar en la página web del Congreso chiapaneco, su carrera en la administración pública inició en 1998 en la Ciudad de México al llegar a ser Director de la Secretaría de Hacienda del gobierno local.
Posteriormente, de 2008 a 2018, se desempeñó como Delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y del Instituto Mexicano del Seguro Social, respectivamente. De 2018 a 2021 fue Secretario de Economía del gobierno de Chiapas y desde 2021 es Diputado local por Tapachula.
Su paso por distintas dependencias no puede considerarse como sobresaliente, más cuando es inexistente algún registro que revele una acción destacada por parte del ahora legislador, por lo que, aún sin ser época electoral, acepta que visita a los tapachultecos para conocer sus necesidades.
Estas acciones de propaganda y proselitismo, las cuales disfraza como tareas propias de un legislador que recorre su Distrito, planea que puedan incidir en el futuro cercano y así la sociedad de esa zona vote por él para la alcaldía tapachulteca.
No obstante, según algunas encuestas, Melgar Bravo no cuenta con la simpatía de la ciudadanía, pues lo colocan atrás de otras personalidades oriundas del área, incluida la actual Presidenta Municipal, Rosy Urbina.
Lo que sí hay que destacar es el modo simpatía que quiere ser para agradar al gobernador en turno, pues no hay ocasión que utilice al Congreso para alabar el desempeño del mandatario Rutilio Escandón Cadenas, situación a todas luces irregular pues en la práctica no tiene que ver el poder Legislativo con el Ejecutivo.
