Sin Embargo
PUERTO PRÍNCIPE (AP).— Un líder de pandilla que controla un puerto clave en la capital de Haití es acusado de masacrar a personas mayores y líderes religiosos del vudú en su comunidad para vengar la muerte de su hijo, según el Gobierno y organizaciones de derechos humanos que estiman más de 100 muertos.
Los informes sobre el número de muertos en Puerto Príncipe pueden variar enormemente en un país donde tales asesinatos ocurren a menudo en áreas controladas por pandillas y en gran medida inaccesibles.
El Gobierno de Haití, en un comunicado este lunes, reconoció la masacre, diciendo que más de 100 personas fueron asesinadas en el barrio de Cité Soleil, y prometió llevar a justicia a los responsables de “esta carnicería indescriptible”.
Volker Türk, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, dijo a los periodistas este lunes que al menos 184 personas fueron asesinadas por un poderoso líder de pandilla. No estaba claro de dónde había obtenido ese número su oficina, y un portavoz no respondió a una solicitud de comentarios.
La oficina del Secretario General de la ONU dijo que 127 de los muertos eran personas mayores.
Grupos activistas haitianos también estimaron que más de 100 personas fueron asesinadas, citando a veces a residentes de la comunidad.
La Cooperativa para la Paz y el Desarrollo, un grupo local de derechos, dijo en un comunicado el domingo que su unidad de monitoreo encontró que alrededor de 20 personas mayores fueron asesinadas. Pero señaló que residentes no identificados en la comunidad controlada por el líder pandillero Micanor Altès, también conocido como Monel Felix y Wa Mikanò, afirmaron que hubo más de 100 víctimas.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, otro grupo local de derechos, dijo que al menos 110 personas fueron asesinadas entre el viernes y el sábado. El grupo y su director ejecutivo, Pierre Espérance, no dijeron de dónde obtuvieron esa información, y Espérance no respondió a las solicitudes de comentarios.
La información confusa fue una señal preocupante en un país en las garras de la violencia de pandillas generalizada.
«El hecho que tengamos tantas dudas de lo que pasó días después de que se cometió la masacre es una señal muy clara del nivel de control que tienen [las pandillas] de la población”, dijo Diego Da Rin, analista del Grupo de Crisis Internacional.
El pandillero acusado controla las comunidades costeras de Wharf Jérémie, La Saline y Fort Dimanche, y era conocido por robo, extorsión, y secuestro de bienes y camiones, según un informe de la ONU a principios de este año.
“Micanor no era conocido por ser unos de los líderes más brutales [como otros líderes de pandillas]”, dijo Da Rin. “Hasta ahora no”.
No se pudo contactar al líder de la pandilla para hacer comentarios y no ha publicado en redes sociales. Un portavoz de la Policía Nacional de Haití no devolvió un mensaje para hacer comentarios.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos dijo que la masacre ocurrió porque el hijo del pandillero estaba gravemente enfermo, lo que lo llevó a buscar consejo de un sacerdote vudú. Después de que su hijo muriera, acusó a las personas mayores de la comunidad “de practicar brujería y lastimar al niño”.
La Cooperativa para la Paz y el Desarrollo dijo que, según la información que circula en la comunidad, Micanor acusó a las personas del barrio de causar la enfermedad de su hijo.
“Decidió castigar cruelmente a todas las personas mayores y a los practicantes [de vudú] que, en su imaginación, serían capaces de lanzar un mal hechizo sobre su hijo”, dijo el grupo.
Señaló que hombres armados reunieron a líderes comunitarios conocidos y los llevaron al bastión del líder de la pandilla, donde fueron ejecutados. También fueron asesinados conductores de motocicletas que intentaron salvar a algunas víctimas.
El grupo también señaló que hay una prohibición de que las personas salgan de la comunidad “con el fin de continuar identificando a los practicantes [de vudú] y a los ancianos con el objetivo de llevar a cabo el asesinato silencioso”.
Da Rin señaló que generalmente los asesinatos en Haití están documentados y publicados en redes sociales, aunque pueden ser difíciles de verificar. “En este caso, ni siquiera hubo un mensaje en WhatsApp o un video en TikTok, lo cual es muy inusual”, dijo.
La Cooperativa para la Paz y el Desarrollo dijo que Micanor ha atacado previamente a practicantes de vudú, matando a una docena de mujeres mayores y líderes de vudú “acusados erróneamente de brujería” en años recientes.
No es inusual que los haitianos busquen consejo médico y otro tipo de asesoramiento de sacerdotes vudú conocidos como “oungans”. La religión que mezcla el catolicismo con creencias animistas fue la base de la revolución que llevó a Haití a convertirse en la primera república afro libre del mundo en 1804.
La masacre en Puerto Príncipe ocurre dos meses después de que más de 70 personas fueran asesinadas en la ciudad central de Pont-Sondé, donde las pandillas compiten por controlar más territorio.
Estos asesinatos han abrumado a la Policía Nacional de Haití y a una misión respaldada por la ONU liderada por la policía de Kenia que carece de fondos y personal, con Estados Unidos y otros países presionando por una misión de paz de la ONU.
“La crisis en Haití ha alcanzado niveles catastróficos con grupos criminales aliados, intensificando ataques a gran escala y coordinados contra la población y la infraestructura estatal clave”, dijo Human Rights Watch este lunes mientras llamaba a una misión de la ONU.
Señaló que “muchos haitianos viven con el temor constante de ser asesinados, violados, secuestrados o reclutados a la fuerza, incluso mientras luchan todos los días por encontrar alimentos, agua y atención médica adecuados para sobrevivir”.
Más de cuatro mil 500 personas han sido reportadas asesinadas en Haití este año, según la ONU.