La constante de los fiscales del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez es la misma de siempre: pasar sobre los derechos humanos aún tengan razón si el ambulante está violando la ley.
La calle central, justo enfrente de la Catedral, fue el escenario de esta grotesca actitud de los funcionarios municipales que con lujo de violencia jalonearon a una indefensa mujer que vendía sus productos orilla de calle.
La forma en que fue tratada obligó a la diputada Aída Guadalupe Jiménez Sesma, a bajar de su oficina y acercarse a prestar auxilio a la indefensa mujer, quien después de sufrir una severa crisis, fue llevada por la propia legisladora a la sede del Congreso para que le brindarán atención médica.
Reprobó la forma grosera como se conducen las autoridades municipales.
«Es inaudito, creo que hay formas», dijo.
