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El asesinato del sacerdote Marcelo Pérez en el estado de Chiapas (sureste) es un crimen «absolutamente inaceptable» y debe ser investigado de manera «exhaustiva», demandó este domingo (20.10.2024) la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
La ONU-DH «condena el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, perpetrado esta mañana en San Cristóbal de las Casas» e instó «a las autoridades a llevar a cabo una investigación pronta, exhaustiva y eficaz», dijo en un comunicado.
La lucha del padre Marcelo por los pueblos indígenas
El religioso, conocido como padre Marcelo, había recibido amenazas y contaba con medidas de protección cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de acuerdo con ONU-DH.
El padre Marcelo, indígena tzotzil y defensor de los pueblos originarios, fue baleado dentro de su vehículo tras oficiar una misa en el Barrio de Cuxtitali, municipio de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas. Diversas organizaciones nacionales e internacionales habían advertido públicamente sobre las crecientes amenazas, agresiones y actos de criminalización en su contra, los cuales se intensificaron en los últimos años.
El sacerdote lideró marchas y peregrinaciones por la paz, denunciando el incremento de la violencia en Chiapas desde 2021. Se pronunció en diversas ocasiones en contra del crimen organizado y exigió justicia por el asesinato del defensor Simón Pedro. Además, acompañó a comunidades tzotziles y tzeltales desplazadas y actuó como mediador en conflictos.
Piden justicia por el sacerdote
La diócesis de San Cristóbal de las Casas exigió este domingo a las autoridades paz y justicia tras el asesinato a balazos del sacerdote. El obispo Rodrigo Aguilar Martínez exhortó al Gobierno a establecer la paz en la región, con los criterios de «auténtica» verdad y justicia en el crimen contra Pérez. Asimismo, Aguilar expresó que la diócesis está dispuesta a perdonar a los autores materiales e intelectuales del ataque cometido contra el párroco de la iglesia de Guadalupe.
Al término de la homilía dominical, justo cuando los restos del sacerdote eran entregados a su padre y hermano, el obispo urgió a los habitantes y quienes transitan por el estado que «recapaciten porque la verdadera paz tiene que ir en unidad a la verdad y a la justicia». El obispo apuntó que, pese a las constantes denuncias del padre Marcelo sobre su seguridad, sus peticiones no fueron escuchadas y, sin embargo, continuó abogando por la justicia.
Luego de que el cuerpo del padre Marcelo fue entregado a sus familiares, cientos de personas recibieron el féretro con banderas blancas y caminaron detrás de él unos dos kilómetros hasta la iglesia de Guadalupe, gritando «justicia» durante todo el recorrido. El cuerpo del sacerdote fue trasladado al municipio de San Andrés Larráinzar para ser sepultado en la tierra de sus ancestros.
En breves declaraciones a periodistas, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum aseguró que su Gobierno ya abrió una investigación y que está en contacto con autoridades de la Iglesia católica.
Desde 2017, la ONU-DH ha documentado al menos 134 asesinatos de personas defensoras de derechos humanos, de los cuales siete han ocurrido en 2024.