La Jornada
A nueve días de suceder en el cargo al presidente Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum Pardo pidió licencia como militante de Morena y dejó un decálogo de reflexiones para la dirigencia guinda que ayer rindió protesta, entre ellas, no ser un partido de Estado ni caer en la corrupción, la frivolidad, el nepotismo, la división interna y advirtió: no puede haber colusión con la delincuencia ni organizada ni con la de cuello blanco.
Tampoco, resaltó, nos arrodillamos nunca frente al poder del dinero, ni frente a ningún poder extranjero.
En su último mensaje a los integrantes del Congreso Nacional de Morena, se comprometió a cuidar el legado de López Obrador. Voy a estar a la altura de las circunstancias, habrá continuidad en los principios del humanismo mexicano, sostuvo.
Recibida en el World Trade Center entre gritos de ¡presidenta, presidenta!, dedicó gran parte de su discurso a enaltecer los logros y obras del mandatario saliente, ¡sin haber endeudado al país, sin aumentar impuestos y con una de las peores crisis económicas provocadas por la pandemia! ¡Es una hazaña la del presidente Andrés Manuel López Obrador y la del pueblo de México!
Un México más democrático
En su discurso, destacó como parte de los triunfos, la aprobación de la reforma al Poder Judicial, que representa la construcción de un México más democrático y con acceso a la justicia, la separación del poder económico del poder de la justicia.
Indicó que están por aprobarse –en el Senado– el reconocimiento pleno de los pueblos indígenas y afromexicanos, y que la Guardia Nacional pase a la Secretaría de la Defensa Nacional, además de otras reformas que implican dejar atrás, muy atrás, el régimen de corrupción y privilegios.
Sheinbaum resaltó que estos meses han sido de enorme aprendizaje por la histórica gira de la transición que realiza con el Ejecutivo. He valorado el amor de un Presidente por su pueblo, y el amor de un pueblo por su Presidente, definió.
Someternos, jamás
Se comprometió a encabezar un gobierno de territorio y nunca nos someteremos a ningún poder nacional o extranjero, que no sea el del pueblo de México.
Respecto de Morena, declaró que inicia una nueva etapa y me corresponde pedir licencia como militante. Seré presidenta constitucional y debo gobernar para todas y todos los mexicanos, pero no voy a abandonar nuestros principios, ni la forma de gobierno.
Dio a conocer entonces sus reflexiones para la nueva dirigencia. Inició con el valor de la unidad. Miren otros movimientos en el resto del mundo y vean a la derecha, en una división interna sustentada en el incumplimiento de pactos sin escrúpulos. No apostemos nunca a la división interna, jamás, todos y todas tenemos algo que aportar.
Llamó a todos los militantes a comportarse con honestidad y sencillez. La parafernalia del poder es del pasado de corrupción y privilegios. No caigamos nunca en la frivolidad, en el consumismo y la ambición por el poder y el dinero. Morena es el instrumento del pueblo de México, indicó.
Pidió que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo; tampoco, el sectarismo o el exceso de pragmatismo sin principios. Morena debe ser luz de honestidad y ejemplo para toda la sociedad.
Convocó a no ser un partido de Estado. El gobierno de la República cumple sus tareas para la transformación del país y el partido cumple las suyas. Para ello nuestro partido debe fortalecerse sin caer en el burocratismo. La fuerza de Morena es la organización desde abajo, sus comités de base, su contacto permanente con el pueblo.
También instó a mantener fuerte y sólido el Instituto de Formación Política, seguir siendo partido y movimiento, garantizar que los candidatos y candidatas sean decididos por el pueblo a través de encuestas, fortaleciendo la Comisión de Elecciones y que la de Encuestas garantice procesos con transparencia y rigor metodológico.
Mientras sigan existiendo las y los plurinominales, que sean emanados de tómbolas en el marco de los estatutos de nuestro partido, agregó.
Sheinbaum señaló que los gobiernos emanados de Morena deben garantizar la austeridad republicana, honestidad y la cercanía con el pueblo. Asimismo, llamó a luchar siempre contra la discriminación, el racismo, el clasismo y el machismo, así como alcanzar más justicia y democracia.
Lucharemos hasta el último día de nuestras vidas por que las y los mexicanos puedan comer tres veces al día comida saludable, tengan acceso a la educación, a la salud, al vestido y a la vivienda.