Milenio
En 15 estados del país, los gobernadores ya han tomado la decisión de reforzar el combate a la delincuencia con la designación de un mando castrense al frente de la Policía Estatal.
Trece de esas entidades son gobernadas por Morena, una por el Verde Ecologista (PVEM) y otra más por Encuentro Social (PES).
Estas 15 entidades con un mando militar en sus Secretarías de Seguridad Pública, se subdividen entre comandantes provenientes del Ejército mexicano (Sedena) y de la Marina Armada de México (Semar), en donde los marinos dirigen nueve secretarías estatales y los soldados seis.
Bajo esta configuración, en la frontera norte y en el Pacífico, los soldados de tierra tienen una mayor presencia, pues en Tamaulipas, Sinaloa, Baja California, Michoacán, Zacatecas y San Luis Potosí, la estrategia de seguridad pública está a cargo de un elemento emanado de la Sedena.
Mientras que, en las regiones del Golfo, Caribe y Pacífico sur, así como en el Valle de México, se establece otra configuración con mandos navales al frente de las fuerzas policiales. En los estados de Morelos, Puebla, Baja California Sur, Quintana Roo, Colima, Guerrero, Veracruz, Tlaxcala y Oaxaca.
Especialistas en seguridad y defensa consultados por MILENIO coinciden en que designar a un mando militar es reflejo de la desconfianza en las corporaciones policiales, toda vez que “se generalizó la idea de que los militares son los únicos que resuelven este problema”.
Del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el investigador Raúl Benítez Manaut destaca que, si bien este tipo de designaciones se han realizado desde al menos dos décadas, hoy obedecen también al desconocimiento e inexperiencia de gobernadores y alcaldes en cuanto a la seguridad pública.
“Esto habla de que ellos no tienen una valoración positiva de las policías estatales y municipales, y entonces buscan a un militar como opción.
“Yo lo atribuyo a la ignorancia de los gobernadores que no quieren tomar en serio la profesionalización policiaca; y alcaldes, que cuando ganan, no saben nada de seguridad pública y se les hace fácil llamar al Ejército”.
Agregó que los militares no pueden hacerlo todo, pues ya tienen que enfrentar al narcotráfico y cuidar fronteras, entre otras labores.
En este mismo tono, el coordinador del seminario de Estudios en Defensa y Seguridad en la UNAM, Javier Oliva, coincide en la percepción, pues se piensa que, con la llegada de un militar a la policía, también llega la disciplina para que sea replicada en los elementos policiales.
“Los nombran porque suponen que su designación conlleva también a la axiología, a la doctrina, y con el nombramiento del titular eso va hacer que esa pirámide se vea positivamente instruida por los valores y principios militares, pero desafortunadamente no es así.
“El hecho de que un secretario de Seguridad sea de la Armada o del Ejército, no quiere decir que sus subordinados, respondan a los (mismos) valores e intereses”.
Tal es el caso de Morelos, según explica, donde si bien hay un vicealmirante al frente de la policía, también existen cuerpos policiales con distintas características, lo que dificulta que se repliquen las buenas prácticas.
En el caso de las 17 entidades donde se mantienen mandos civiles en las Secretarías de Seguridad Pública, en ocho los mandatarios son de Morena y en el resto emanaron de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC).
En cuanto a los comandantes civiles, solo hay tres mujeres al frente de las fuerzas policiales: en Campeche, Chiapas y Sonora. También destacan secretarios de Seguridad que han trascendido más de un sexenio, como en el caso de Nayarit, con Jorge Benito Rodríguez Martínez, nombrado en el sexenio pasado y ratificado por el gobernador de Morena; o Luis Felipe Saidén Ojeda, en Yucatán, que ha sido jefe de la policía desde 2007.
El pasado 5 de enero, Hernán Bermúdez Requena renunció como secretario de seguridad pública de Tabasco, luego de una oleada de asaltos a mano armada. Si bien el gobernador nombró a un civil, José del Carmen Castillo Ramírez, como encargado de despacho de la dependencia, llegó acompañado de un grupo de 2 mil 500 elementos militares a la entidad.