Reporteros sin Fronteras (RSF) ha identificado a nuestro país como el más peligroso para el ejercicio del periodismo en el mundo
En 41 meses que han transcurrido de la actual administración federal, se han registrado en México 115 mil 346 homicidios dolosos en 97 mil 346 carpetas de investigación, según datos de las fiscalías estatales, es decir, la cifra de asesinatos más alta comparada con la de cualquier otro sexenios.
Según la Confederación Patrona de la República Mexicana (Coparmex), la violencia no se combate con más violencia, sino con inteligencia, cumplimiento y respeto de la ley, además de coordinación entre autoridades para que trabajen en equipo, la construcción de tejido social.
Señala el organismo que mucha de esta violencia está vinculada al narcotráfico, en especial al narcomenudeo, pues de las 70 mil 274 carpetas de investigación que se registraron en 2019, al cierre del 2021 se dispararon a 82 mil 271, mientras en el primer cuatrimestre de 2022, se realizaron 29 mil 664 denuncias relacionadas con ese ilícito.
Además, en lo que va de este año suman 11 periodistas asesinados, y según reportes en medios de comunicación se acumulan más de 30 asesinados desde el 1º de diciembre de 2018, mientras organizaciones como el Instituto Internacional de Prensa (IPI), así como Reporteros sin Fronteras (RSF), identifican a México como el más peligroso para el ejercicio del periodismo en el mundo.
Señala que la perspectiva integral la aportan los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que informó que en 2021 se denunciaron dos millones 44 mil 122 ilícitos, 202 mil delitos más que en 2020. La impunidad es una de las posibles explicaciones en el crecimiento de la delincuencia.
Coparmex advierte que frente a los 115 mil 347 homicidios y el acumulado de 100 mil desaparecidos es imprescindible que haya una reformulación de la política y la estrategia de seguridad. “Porque si bien no todo se trata del uso de la fuerza, tampoco es permisible el debilitamiento institucional de las fuerzas de seguridad”.
Pidió fortalecer la seguridad pública, no la militarización. “No concebimos que la ruta correcta sea una reforma constitucional para incorporar a la Guardia Nacional al mando de la Secretaría de la Defensa Nacional. La Guardia Nacional debe permanecer bajo un mando civil”, resaltó.
