El Economista
La menor inflación no se siente del todo en el bolsillo de las y los mexicanos. La desaceleración que manifiesta el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se vio impulsada por los movimientos al alza en productos como el pollo, plátanos y algunos servicios, y a la baja en alimentos como el jitomate, cebolla, uva y transporte aéreo.
Sin embargo, revisando a detalle por objeto de gasto, existen variaciones al alza en los productos que normalmente se consumen en los hogares de México que sí golpearon el bolsillo de las familias.
Pero además de las variaciones al alza, algunas de las marcas que escogen las y los mexicanos muchas veces son más caras que las que usan como medición para calcular el precio de la canasta básica.
El “lunch” costó más
En los primeros días de enero preparar un sandwich o una torta fue más costoso.
Según datos del Inegi, el pan es uno de los productos que reportó un fuerte incremento con un alza de 4.98% en la primera quincena y el jamón de 6%, mientras que el precio de la lechuga subió 17.29 por ciento.
Pero uno de los productos que se lleva la corona con el incremento más pronunciado es el aguacate, cuya inflación fue de las más altas, al ser de 35.87 por ciento.
Por otro lado, el café y los refrescos envasados, que forman parte de los hábitos de consumo diarios en las familias de México, reportaron aumentos de 5.50 y 6.33%, respectivamente.
La Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) ha dicho que la cuesta de enero se verá impactada por la inflación.
“Todo pinta para que el suplicio de la cuesta no se limite únicamente a enero sino que probablemente se extenderá, al menos, durante el primer semestre del año, debilitando y prácticamente anulando el impacto positivo del aumento al salario mínimo y cancelando los efectos del objetivo del Paquete Contra la Inflación y la Carestía”, informó recientemente Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC.
