MANUEL MONROY
En el estado poco más de 38 mil niñas, niños y adolescentes de entre cinco y 17 años de edad, trabajan
Tras calificar como difícil ser menor de edad en Chiapas, la legisladora de Movimiento Ciudadano, Andrea Negrón Sánchez, afirmó que esa etapa en la vida se complica, pues la Educación es para unos cuántos y la diversión es para quien puede pagarla.
«Nuestras niñas y niños son el tesoro más grande, no sólo en el estado, sino en todo el país. Estar a favor de las infancias, grupo poblacional que pareciera no tiene voz, significa no querer ver a menores trabajando en las calles», dijo.
Detalló que en el estado poco más de 38 mil niñas, niños y adolescentes de entre cinco y 17 años de edad trabajan, según datos del Proyecto Accionar de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). «las cifras posicionan a Chiapas en el segundo lugar nacional respecto de los índices de trabajo infantil».
Lo anterior, destacó, obliga entender que para hablar de trabajo infantil en un estado tan diverso como Chiapas, se debe analizar el rol de las familias como dotadoras de niñas, niños y adolescentes al mercado laboral.
«Esta problemática no solo se genera por malos tratos en el seno familiar, sino también de la necesidad de supervivencia o de solventar carencias económicas que se presentan. También se debe considerar que el trabajo tiene aspectos culturales diversos».
En este sentido, la legisladora ejemplificó que en los núcleos familiares indígenas se considera el trabajo importante para niñas y niños, toda vez que los hace enfrentarse a responsabilidades, los ayuda a madurar y les da experiencia que no adquirirán en otro espacio.
Sin embargo. La diputada destacó que el deber de los adultos es garantizar que el trabajo infantil no sea una respuesta a la pobreza o abandono institucional. «Es inconcebible responsabilizar a los niños de llevar sustento a sus casas, cuando se debería salvaguardar el interés mayor de la niñez».
