Rivelino Rueda/ El Financiero. Desde 2013, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, identificó a Emilio Lozoya, entonces director de Pemex del gobierno de Enrique Peña Nieto, como una de las figuras más corruptas de esa administración.
Era el 24 de noviembre de 2013. Había pasado un año y medio de la elección presidencial, donde AMLO perdió ante Peña Nieto. Faltaban unos días para que el entonces jefe del Ejecutivo federal enviara al Senado su iniciativa de reforma energética.
López Obrador afirmó en un mitin en Querétaro: “Lozoya está involucrado en la lista de políticos que lavan dinero en paraísos fiscales”.
“Quieren hacer negocio con Pemex. Es un ‘negocito’ el que quieren, y por eso al petróleo lo anda zopiloteando: Enrique Peña, Emilio Lozoya; el otro corruptísimo, Pedro Joaquín Coldwell, Luis Videgaray y el otro corruptisísimo, Pedro Aspe”.
Para el 18 de agosto de 2017, ya como líder nacional de Morena, AMLO aseguró que estaba probado que Lozoya recibió 10 millones de dólares de Odebrecht, pero que tenía protección.
En San Luis Potosí, López Obrador aseguró que Lozoya recibió cuatro millones de dólares durante la campaña de Peña Nieto y recordó que Lozoya era integrante de ese equipo de campaña.
Este miércoles, el mandatario dijo durante su conferencia matutina que las órdenes de aprehensión que se han girado por parte de la Fiscalía General de la República eran asuntos que estaban en curso.
«Nosotros dijimos que no íbamos a detener ningún proceso, que si bien es cierto buscábamos lo que se conoce como ‘punto final y ver hacia adelante’, tampoco podíamos cancelar procesos ya iniciados (…) Yo no voy a detener ningún proceso, se termina la corrupción y la impunidad», afirmó.
