Gaceta UNAM
No hay alimentos buenos ni malos, sino porciones y hábitos a considerar, opinaron expertas en el conversatorio Mejor no, Porque Engordo
No hay alimentos buenos ni malos, sino porciones y hábitos a considerar, así como tampoco el peso ideal, ello depende de la constitución, altura y actividad física en cada individuo, todo lo que comemos realiza una acción, para bien o para mal, en nuestro organismo, consideraron expertas que participaron en el conversatorio Mejor no, Porque Engordo.
En el encuentro virtual de la Fiesta de las Ciencias y las Humanidades, Margarita Maass Moreno, académica del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, aseguró que todo lo que comemos tiene efectos, positivos o negativos, en nuestro organismo, ello no sólo tiene que ver con calidad de los alimentos que consumimos, sino con la cantidad.
Resaltó que cada vez hay más gente obesa y todo está relacionado con lo que comemos, además, es importante entender que las enfermedades crónico degenerativas, como la hipertensión arterial, son silenciosas.
Por otra parte, dijo que es recomendable que en todos los hogares haya una báscula y que los niños aprendan a pesarse y comprendan el significado de mantener un peso saludable. “Es importante generar una cultura de salud y bienestar en los hogares, la salud tiene parámetros y elementos medibles, y el bienestar es una sensación”.
Señaló que hablar de salud es mucho más que la ausencia de padecimientos, tiene que ver con la mala información que existe en Internet y en las redes sociales, la población debe ser cuidadosa con suplementos y medicamentos para bajar de peso que ahí se anuncian, incluso con la alimentación que en esas plataformas se promueven.
Por su parte, Cecilia Guadalupe Silva Gutiérrez, académica de la Facultad de Psicología, expuso que, según cifras de la OMS, cada año mueren en el mundo 2.8 millones de personas por problemas de salud asociados al sobrepeso u obesidad, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, apnea del sueño, fallos hepáticos, afecciones musculoesqueléticas, depresión, ansiedad, etcétera, lo que implica un problema de salud importante y de costos altos de atención en salud.
Asimismo, refirió, la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, mostró que