El Economista
La inflación, tasas de interés, el cambio climático, las tensiones geopolíticas, el precio del petróleo y lo que pase en Estados Unidos son los riesgos que observa la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para el crecimiento de México este año.
De acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2025, este año el gobierno de Claudia Sheinbaum prevé que se crezca entre 2 y 3%, con un estimado puntual de crecimiento de 2.3 por ciento.
Sin embargo, este estimado –junto a los de inflación, tipo de cambio y otros que conforman el marco macroeconómico para este año– está sujeto a diversos riesgos que podrían modificar las proyecciones.
El primero de ellos es que la inflación a nivel global continúe en niveles altos, particularmente en los precios de los alimentos y energía. “Podrían dificultar la reducción de precios internos, limitando el consumo y aumentando los costos de producción”, señaló la dependencia a cargo de Rogelio Ramírez de la O.
En línea con esto, otro de los riesgos que puede afectar el crecimiento mexicano este año es la permanencia de las elevadas tasas de interés, aunque la tendencia y pronóstico es que los bancos centrales de diversos países continúen recortando sus tasas.
“Los costos de financiamiento para México se elevarían, afectando tanto al sector público como al privado y limitando la inversión”, expresó Hacienda.
En el caso del cambio climático, la dependencia indicó que sequías, inundaciones y huracanes severos tendrían una afectación en los productos agrícolas, lo que podría ocasionar una escasez de alimentos, presiones inflacionarias, y afectar la infraestructura del país.
El país vecino y petróleo
Estados Unidos es el principal socio comercial de México, y el regreso de Donald Trump a la presidencia ha generado incertidumbre alrededor de esto.
Si bien el Paquete Económico se entregó unos días después de conocer la victoria del magnate republicano, Hacienda alertó que las diferencias entre diversas economías podrían afectar al crecimiento del país.
“Un empeoramiento de las tensiones globales, especialmente entre las principales potencias, aumentaría la volatilidad financiera y el costo de importaciones clave, además de incrementar la incertidumbre sobre las cadenas de suministro”, dijo la SHCP.
En esta línea, tensiones políticas o diferencias tanto internas como externas podrían traer incertidumbre a los mercados financieros y, por ende, generar episodios de volatilidad.
En tanto, indicó que si se diera una desaceleración en Estados Unidos, esto reduciría la demanda de exportaciones mexicanas, particularmente de sectores clave para la economía como la manufactura.
En el caso del precio del petróleo, la Secretaría de Hacienda aseveró que un aumento o caída en el precio del combustible impactaría las finanzas públicas del país, al afectar los ingresos que se obtienen ya sea por petróleo o por impuestos, además de aumentar la volatilidad de los precios en el país.
