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Inegi: 4.4 millones de analfabetas mayores de 15 años

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Aunque el analfabetismo se ha reducido en los últimos decenios, el Inegi revela que en México todavía hay 4 millones 456 mil 431 personas que no saben leer ni escribir un recado; es decir, 4.7 por ciento de la población con 15 o más años de edad. Los estados en donde se acentúa esta problemática son: Chiapas, Guerrero y Oaxaca, el llamado triángulo de la miseria

En México, todavía hay 4 millones 456 mil 431 personas analfabetas; es decir, 4.7 por ciento de la población con 15 o más años de edad que no sabe leer ni escribir un recado, revelan las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Los datos oficiales muestran que son los estados más pobres los que padecen esta condición. Chiapas (610 mil 531 personas), Guerrero (557 mil 053 personas) y Oaxaca (525 mil 858 personas), conocido como el triángulo de la miseria, se encuentra entre los primeros lugares. Por el contrario, en donde menos analfabetas es en Ciudad de México (62 mil 390 personas), Nuevo León (66 mil 846 personas) y Coahuila de Zaragoza (75 mil 759).

“Aunque ha habido un avance muy importante en el país para combatir el analfabetismo, “las cifras todavía son alarmantes”, indica el doctor en pedagogía crítica Lev Velázquez Barriga. El también integrante de la coordinación general de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Michoacán comenta que es “un porcentaje importante que en este siglo 21 ya no debería existir, sobre todo porque aparecen nuevas limitaciones y precariedades”.

Aclara que se trata de las nuevas tecnologías: “hoy no sólo deberíamos hablar de alfabetizar a la gente en las letras y en la escritura, sino que se agrega otra preocupación de las tecnologías y las actividades digitales. Ahí se genera un apartheid tecnológico. Es interesante que pueda haber un avance, que se disminuya las cifras, pero todavía es alarmante, sobre todo, si hay una disparidad en hombres y mujeres, entendiendo que las mujeres han sido mucho más afectadas”.

Y es que según el Inegi, en la década de 1970 se registraba un 25.8 por ciento de la población analfabeta; en 1990, el 12.4 por ciento. Para 2000, bajó a 9.5 por ciento; en 2010, al 6.9 por ciento, hasta llegar al 4.7 por ciento de la población en 2020.

El doctor Velázquez Barriga advierte que la gente pobre piensa en el día a día, en ganarse los alimentos, no en dedicarle tiempo a la alfabetización, y que es el género femenino el que más lo sufre. “Las mujeres padecen una doble condición, por ser mujeres y por el rezago social, es mucho más grave el analfabetismo en el caso de ellas, más que el de los hombres. Hay una disparidad ahí”.

Por ello añade que “si no se generan condiciones económicas de subsistencia a las familias pobres, no habrá condiciones para que puedan dedicarse a la alfabetización y al estudio. Aquí también las políticas educativas tienen que poner atención en una cosa: quienes están al frente de la alfabetización también padecen una situación de precariedad, su propia formación, de la labor o la profesión de quien alfabetiza, empieza como una profesión precaria, no como algo que requiera”.

Las mujeres, con más rezagos
Los datos del Inegi evidencian que de la población analfabeta, las mujeres ocupan el mayor porcentaje. “De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, cuatro de cada 100 hombres y seis de cada 100 mujeres de 15 años y más no saben leer ni escribir”, señala el documento.

El doctor Hugo Aboites Aguilar, profesor-investigador del departamento de educación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, expone que en 1910, con el inicio de la Revolución Mexicana, México estaba en 8 millones o 9 millones de personas analfabetas, de una población que era muy pequeña (13 millones de habitantes).

“Relativamente hablando sí hay un avance, pero en términos absolutos, de número de personas en concreto este avance se ve minimizado por el hecho de que apenas de aquellos iniciales ocho millones, tenemos cuatro todavía pendientes. Estamos muy mal en este terreno si nos comparamos con Cuba e incluso con Nicaragua y Argentina de la década de 1980, que tienen totalmente resuelto este problema, hablando sólo de América Latina”, dice.

En cuanto al factor de la pobreza, dice el especialista, “está muy complicado y está relacionado con el hecho de que si está o no con un pueblo originario; en este caso, en Oaxaca, Guerrero, los índices de analfabetismo son los más altos y ahí es donde tenemos una población indígena mayoritaria. Se combinan pobreza, origen étnico y sexo”.

El doctor Aboites Aguilar enfatiza que “la mujer está detrás del hombre en lo que se refiere a la capacidad de leer y escribir un recado. Los datos de 1920 son muy elocuentes en el sentido de que varía el porcentaje global, pero no la relación entre hombre y mujer”.

El Inegi expone que el porcentaje de la población analfabeta por sexo en 1990, había un 15 por ciento de analfabetismo femenino y 9.6 por ciento del masculino. En 2000, eran 11.3 el femenino y 7.4 del masculino. Para 2010, 8.1 por ciento mujeres y 5.6 por ciento de hombres. Ya en el 2020; 5.5 por ciento mujeres y 3.9 por ciento hombres.

“Evidentemente, va disminuyendo la proporción de hombres y mujeres que no pueden leer y escribir un recado, pero la relación y la distancia entre hombre y mujer se mantiene constante. Es una cosa muy clara”, expone el académico de la UAM Xochimilco.

El otro gran problema que tiene México, dice el especialista, es que “la lectura y la escritura es una definición sumamente pobre de lo que es la alfabetización; cuando hablamos ya de los lenguajes digitales, el retraso se vuelve todavía más grave porque leer y escribir un recado en 1920 y hasta la década de 1980 significaba algo, pero ya en 2020, con toda esta parafernalia tecnológica que tenemos para leer y escribir un recado, que ya se usa poco la letra impresa, la distancia se vuelve todavía más enorme”, expone.

Este es un aspecto, añade que debería de considerarse que no se puede seguir con este indicador, “tenemos que desecharlo ya porque es totalmente inadecuado, no significa ya mucho eso de poder leer y escribir un recado y tenemos que tener una definición nueva que incorpore el gusto por la lectura, parodiando al clásico, ya no sólo es la capacidad tan elemental sino de hacer crecer su horizonte cultural a partir de la lectura y la escritura”.

Conafe sólo atiende a una tercera parte de la demanda
El doctor Gabriel Cámara y Cervera, director general del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), respondió a Contralínea que el 75 por ciento de las 185 mil comunidades en México tiene menos de 100 habitantes y en estas comunidades Conafe ha estado llevando lo que la escuela ordinaria regular no podría llevar a estas comunidades.

Durante la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, del 12 de agosto pasado, el funcionario reconoció que “el dato más importante es que nosotros estamos atendiendo a una tercera parte de esta demanda, es un desafío que tenemos que enfrentar”.

Comentó que en el Conafe, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, la “solución fue audaz: aprovechar jóvenes voluntarios que durante uno o dos años pudieran trabajar en estas comunidades tratando de llevar lo mejor de la educación básica a través de programas especiales que de alguna manera acomodaban el programa nacional a las condiciones de este multigrado, pequeñas comunidades con alumnos de diversas edades en diferentes estadios de avance en su aprendizaje. El apoyo se hizo a través de manuales, guías, tratando de suplir, además de una capacitación intensiva, las deficiencias que traería un joven con poca experiencia docente”.

Esto ha seguido así, pero acepta: “desgraciadamente los resultados de estas escuelas como los resultados de las escuelas indígenas siempre han sido deficientes”.

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