La Jornada
Las hormigas chicatanas además de dar lugar a un espectacular evento reproductivo, conocido como el vuelo de la novia, que se registra después de las primeras lluvias de mayo-junio, también son una rica fuente de proteína y de sustancias antioxidantes e hipoglucemiantes que podrían ser de beneficio para la salud humana, revelaron investigadores de la Universidad Veracruzana (UV), el Instituto de Ecología AC (Inecol) y el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej) en un artículo publicado en la Revista de Composición y Análisis de Alimentos.
Estos insectos, cuyo nombre científico es Atta mexican, habitan el sureste mexicano. Cuando alcanzan la madurez emergen de sus nidos en forma masiva, entonces machos y hembras se aparean en una suerte de danza frenética y rápida.
Después de copular, los machos caen muertos, mientras las hembras fertilizadas aterrizan en el suelo, se despojan de sus alas y comienzan a excavar en la superficie para formar un nido, donde crecerá una nueva colonia.
Investigadores de la UV, el Inecol, y el Ciatej plantean que además de ser una alternativa nutricional, el consumo de chicatanas puede ayudar al control biológico de la especie; es considerada una plaga en los cultivos de cítricos y café.
También podrían convertirse en un ingreso económico importante para los recolectores, pues el kilo de esta especie alcanza hasta 4 mil pesos en el mercado en línea.
Guiomar Melgar Lalanne, de la UV y líder del equipo académico, señaló que a pesar de que la ingesta de insectos data de la época prehispánica, México no cuenta con una legislación para garantizar una recolección sostenible ni el manejo adecuado para asegurar su higiene y evitar riesgos por contaminación con residuos tóxicos.
Es crucial que no representen un riesgo para la salud, especialmente si se recolectan en campos tratados con pesticidas.
Luego del vuelo nupcial, del apareamiento y cuando las hembras se despojan de sus alas y escarban, el hormiguero queda establecido, la reina comienza a poner huevos que eventualmente se desarrollarán en nuevas hormigas trabajadoras. Aunque una de sus principales características consiste en cortar hojas, no se alimentan de ellas; las usan para nutrir las esporas de un hongo (leucoagaricus gongylophorus), que es su comida.
Las chicatanas son consideradas una plaga agrícola en los cultivos de cítricos, cacao y maíz debido a su capacidad destructora, ya que una colonia puede acabar con una hectárea de cultivo. Los campesinos e indígenas las cosechan tras los vuelos nupciales, antes de que las hembras puedan crear nuevos nidos.
Eliel Ruiz May, de la Red de Estudios Moleculares Avanzados, explicó que los ejemplares para esta investigación se recolectaron en julio de 2021, en Jalcomulco, Veracruz, donde se cultiva limón.
Después de un trabajo de laboratorio de tres meses, los análisis arrojaron que las chicatanas tiene 2 mil 247 proteínas en el abdomen, así como una notable actividad antioxidante e hipoglucemiante, que puede ser muy beneficiosas para la salud, indicadores nos han sorprendido gratamente; no esperábamos obtener resultados tan positivos.
Las chicatanas recolectadas para uso alimenticio son despojadas de sus alas, cabeza y tórax, mientras el abdomen se asa para prepararlo en salsa o mole. Su consumo es paradójico, ya que se come en comunidades rurales indígenas como una costumbre ancestral, así como en zonas turísticas, donde los visitantes quieren vivir una aventura culinaria.
Los científicos advirtieron que si bien el estudio concluye que su ingesta puede mejorar la salud o prevenir enfermedades, antes debe realizarse una indagación más profunda que dé lugar a instrumentos jurídicos donde se regule su manejo sostenible y sanitario.
Ruiz May consideró que una vez identificada la capacidad nutricional y bioactividad, las hormigas se pueden utilizar para generar complementos alimenticios, y así como se vende colágeno hidrolizado, se pueda tener un hidrolizado de chicatana para la nutrición humana ¡sería fabuloso!.