Medio Tiempo
Una noche que lo tuvo todo. La Arena Ciudad de México fue testigo de una velada épica. El Hijo del Santo, uno de los luchadores más icónicos del país, vivió una de sus funciones más emotivas como parte de su Gira de Despedida ‘Todo x el Todo’, y la respuesta del público fue simplemente arrolladora.
Frente a 20 mil personas y una ovación que hizo vibrar cada rincón, El Hijo del Santo aplicó su legendaria llave de a caballo para imponerse a Misterioso Jr. en un duelo de máscaras que se quedará en la historia.
“Gracias a todos,” dijo El Hijo del Santo, con el corazón en la mano.
“Perdí frente a una leyenda”, reconoció Misterioso Jr. tras quitarse la máscara y revelar su identidad: José Luis Hurtado Soto, de Torreón, Coahuila, con 32 años de carrera.
También cayó una máscara femenil
La emoción no se limitó a los combates masculinos. En la lucha femenil, Lady Apache se enfrentó a Mujer Demonio en un duelo reñido y emocionante. Al final, Lady Apache salió con la mano en alto y una máscara en su poder.
Detrás de Mujer Demonio se encontraba María del Rosario Cosio Díaz, de Guadalajara, Jalisco, de 32 años de edad.
“Perdí ante quien fue mi ídolo de niña,” dijo, conmovida, tras revelar su identidad frente al público.
Leyendas, acción y el futuro del Santo
La función fue una fiesta total para los fans de la lucha libre. Leyendas como Último Dragón, LA Park y Fuerza Guerrera acompañaron al Hijo del Santo, reforzando el sentimiento de homenaje y respeto que envolvió toda la noche.
¡SE TERMINÓ! ????
Con la llave de ‘A Caballo’, El Hijo del Santo venció a Misterioso Jr. en su lucha de despedida en la Arena CDMX
Además, el público vibró con el Cuadrangular de Parejas, donde Súper Nova y Tigre Blanco se coronaron como los grandes ganadores, demostrando que el talento y la pasión por la lucha siguen más vivos que nunca.
Y por si eso fuera poco…
¡Debutó Santo Jr.!
El momento que muchos esperaban llegó con Santo Jr., la tercera generación del enmascarado de plata, hizo su debut en la Ciudad de México. Su sola presencia arrancó aplausos, y su participación dejó claro que el legado continuará.
El Santo no se va… se transforma.
La despedida del Hijo del Santo no fue un adiós triste, fue una celebración. Una noche que honró el pasado, vibró en el presente y sembró esperanza para el futuro de la lucha libre mexicana.
Porque como gritó la Arena CDMX al unísono:
“¡Santo, Santo, Santo!”