Excelsior
CIUDAD DE MÉXICO. En el panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, del que fue exhumado clandestinamente el cuerpo del niño Tadeo, tiene al menos tres puntos de acceso en la parte trasera de la barda perimetral, que se encuentra en las faldas del Cerro de la Estrella.
Antes de poder ingresar al camposanto, en medio de la zona boscosa, es necesario pasar por una especie de campamento que, de acuerdo con una denuncia anónima, es controlado por grupos delincuenciales que operan de noche.
En un recorrido realizado por este diario se ubicó esta zona, donde todavía había pilares de ladrillos o cubetas que semejaban asientos, dos fogatas que aún tenían actividad incandescente, botellas de plástico con agua o refresco, ropa de mujer, basura de envolturas de alimentos, entre otros objetos.
Siguiendo la barda perimetral se observó que había cuatro puntos de acceso; en uno había llantas que permiten saltar la barda fácilmente, en otro había un tronco que fue cortado y que sirve como puente para ingresar al panteón y en otro un camino de concreto que termina en uno de los montículos de tierra que son parte del camposanto.
Antes del 7 de febrero había tres boquetes en la barda perimetral y, aunque ese día fueron tapados con ladrillos y cemento, esta semana se observó que nuevamente había perforaciones sobre la barda recién reparada.
En un recorrido realizado en octubre de 2021, previo a la celebración de Día de Muertos y tras estar cerrados más de un año por la pandemia de covid-19, este diario observó que en San Nicolás Tolentino había tumbas destrozadas, capillas y nichos abiertos con restos de ropa, ataúdes desenterrados y huesos que parecían ser humanos.
La exhumación del cuerpo del niño Tadeo, en enero pasado, puso en evidencia que el mercado de restos humanos en la Ciudad de México está más vivo que nunca.
En otros recorridos por algunos camposantos como San Lorenzo Tezonco, también en Iztapalapa, se confirmó que falanges, cráneos o esqueletos completos pueden conseguirse desde 50 hasta siete mil pesos.
Una persona dedicada a la santería desde hace 15 años confirmó el uso de restos humanos en sus ritos y prácticas, y señaló que se puede conseguir cualquier resto humano en prácticamente todos los panteones públicos de la ciudad.