“Contra mis enemigos, terco y rudo,
esgrimiré en la lid, que no me apoca,
por lanza mi razón y como escudo
mi carácter más firme que una roca…”
Fragmento del poema Lucha de Francisco Villaespesa
Desde hace 46 años, el Movimiento Antorchista Nacional ha venido luchando organizadamente de la mano del pueblo, pues desde su nacimiento, trabajó en favor del obrero del campo y de la ciudad, que viven en condiciones deplorables. Los hijos de los creadores de la riqueza no tienen buena alimentación ni buena salud ni una escuela dónde estudiar dignamente y, por lo mismo, ésta injusta distribución de la riqueza nacional ha generado la desigualdad que hoy caracteriza a este país y que ha sumergido a 90 millones de mexicanos en la pobreza; mientras que, por otro lado, ha permitido que unos cuantos millonarios concentren en sus manos los recursos que aquellos requieren para vivir.
En los últimos días, miles de chiapanecos y millones de mexicanos hemos hecho uso del derecho de petición, tal como lo estipula la Constitución Mexicana en su Artículo 8, pues el marco jurídico de nuestra Carta Magna define que “el derecho de petición es aquel que tiene toda persona individual o jurídica, grupo, organización o asociación para solicitar o reclamar algo ante las autoridades competentes por razones de interés público ya sea individual, general o colectivo”. De esta manera, y dado que se trata de un acto legal y de interés colectivo, dirigentes estatales antorchistas, activistas del trabajo de lucha, amas de casa, obreros, campesinos, estudiantes, maestros y todos los que conformamos el Movimiento Antorchistas Nacional, hicimos uso de ésta garantía constitucional para pedir alimentos, salud de calidad, seguridad para los trabajadores y médicos, pruebas de laboratorio suficientes contra el Covid-19 y, sobre todo, que se brindara bienestar para las familias mexicanas que viven en pobreza y pobreza extrema.
Sin embargo, cuando los pobres exigen, cuando los humildes unen y levantan su voz no tardan en ser amenazados por quienes pretenden desalentarlos para acallar la lucha popular que, evidentemente, viene ganando más afiliados, en la medida en que la pobreza se incremeta. En esta pandemia, la unidad y la fuerza de la razón nos ha permitido luchar por demandas legítimas para beneficio de cientos de conciudadanos, usando todos los medios para hacer llegar el mensaje al único responsable de que México esté hecho un caos; al Presidente Andrés Manuel López Obrador. La respuesta no se hizo esperar. Rápidamente la mentira, la calumnia y la intriga, vergonzosos recursos de los enemigos del pueblo, comenzaron a circular para intentar desmotivarlo. Pero la gente ha venido despertando políticamente, el pueblo organizado no es ya presa fácil de la demagogia ni de manoseos ideológicos al que se le busca someter; el pueblo se da cuenta del oportunismo, incongruencia e ignorancia de bufones que, preocupados por conservar el poder político a costa del sufrir de la gente, intentan confundir a la sociedad con mentiras, calumnias e intrigas propias de charlatanes, que buscan a toda costa acabar con la única organización que trabaja del lado de los pobres que él prometió defender, pero que, a la fecha, nada hay de eso.
En ese panorama de pobreza, desigualdad, insalubridad, falta de vivienda y servicios básicos en las comunidades populares y rurales, el Movimiento Antorchista en Chiapas, que dirige Franklin Campos Córdova, ha permanecido en guardia, bajo la guía clara de un hombre trabajador y profundamente identificado con las causas del pueblo de México: Aquiles Córdova Morán. López Obrador y su corte de aduladores creen que atacando a Antorcha y a sus líderes, van a acabar con la inconformidad que genera la pobreza y la desigualdad, pero se equivocan, pues los Antorchistas chiapanecos, sabemos que a nuestro movimiento se le ha acusado de todo sin que hasta la fecha hayan podido mostrar una sola prueba. Claro es para nosotros que cuando el gobierno ve afectado sus intereses amenaza con cárcel y hasta con la muerte a quien le resulta como una piedrecilla en los zapatos.
Desde que el actual mandatario andaba en campaña, hicimos ver a todos los mexicanos que era un error votar por él, pues no tenía un proyecto claro de país; que si había una solución, esa era la del propio pueblo organizado y educado como Antorcha lo plantea; que debía prepararse para conquistar el poder político nacional convirtiéndose en una fuerza social imparable. Hoy que la realidad nos está dando la razón les decimos a todos los compañeros y amigos, que la hora ha llegado, que los grandes cambios sociales no pueden ser cambios basados en ocurrencias. Para los Antorchistas está muy claro, nuestra organización propone cuatro ejes como verdaderas opciones de transformación: 1) generación de empleo para todos los que quieran y estén en edad de trabajar; 2) incremento de los salarios para que alcancen a satisfacer las necesidades de los mexicanos; 3) una reforma fiscal progresiva, es decir, que paguen más impuestos quienes tengan más ingresos, para que el estado pueda hacerse de recursos; 4) Finalmente, que con lo recaudado, se realice una reorientación del gasto público de manera que se beneficie a las clases más desprotegidas, direccionando a obras y servicios que beneficien al pueblo. Tú decides. Yo confío en la unidad, fuerza y en tu conciencia. ¡Adelante, ha llegado la hora de tomar el poder!