Prensa Latina
«La pobreza generalizada y la falta de oportunidades económicas también impulsan a los niños a unirse a grupos armados», subraya el sitio digital Haití Libre.
Según la fuente, se estima que del 30 al 50 por ciento de los pandilleros son menores de edad.
Los niños además de empuñar armas automáticas, pistolas y machetes, sirven de espías, cocineros y las hembras son abusadas por miembros de la banda.
Recientemente, la Fundación Zanmi Timoun calificó de catastrófica la situación de la infancia en Haití, donde los menores de edad reciben de manera directa el impacto de la crisis económica, política y social.
El director de programas de la mencionada entidad, Manoach Presna, lamentó el panorama que vive ese segmento de la sociedad, en medio de un incremento de los problemas de alimentación y salud.
En 2023 se contabilizaron 207 mil niños que vivían en Haití en régimen de servidumbre doméstica, otros 113 mil fueron desplazados a causa de la violencia de las bandas, y 500 fueron repatriados no acompañados en la frontera haitiano-dominicana.
Han violado, secuestrado o asesinados a infantes durante los repetidos ataques de bandas armadas en varias partes del país, y el acceso al hospital es muy difícil para ellos, lamentó Presna.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) llamó a priorizar la seguridad de los niños en Haití, donde la violencia sigue siendo una constante.
Tomen todas las medidas necesarias para evitar que se vean expuestos a acontecimientos violentos que puedan poner en peligro su seguridad y sus vidas, subrayó en un comunicado.
La Unicef sigue de cerca la situación y hace todo lo necesario para garantizar la continuidad de los servicios de prevención y atención a todos los niveles.
Cuanto más tiempo persista esta situación –alerta la Unicef- mayor será el riesgo de que se produzcan daños físicos y mentales irreversibles en el bienestar en los infantes.