Al caer la tarde, cientos de elementos de la Guardia Nacional aguardaban la llegada de los migrantes que habían logrado pasar la frontera, por Suchiate y se habían encaminado hacia Tapachula. Su esfuerzo fue en vano. En Frontera Hidalgo, el operativo federal implementado frustró lo que había sido una osadía.
Fueron retenidos. El llanto y la desesperación de mujeres y niños inundó el ambiente. Las casi 3 mil 500 personas que habían formado una gran fila humana por la carretera, entraron primero, en un desafío por romper la valla de policías, en confrontación. Después vino el caos. Muchos emprendieron la huida hacia el monte, quienes llevaban niños fueron asegurados.
Por la madrugada, la caravana había logrado burlar la vigilancia de que tenía la Guardia Nacional a través de un camino de terracería llamado Soconusco para incorporarse a la carretera federal.
