* Exigen que las autoridades trasladen a otro reclusorio al reo Cipriano Flores que mantiene amenazado a un pariente dentro del penal 3 de Tapachula
MANUEL MONROY
Dos mujeres, parientes de un hombre recluido en el Cereso 3 de Tapachula, se suturaron los labios este miércoles e iniciaron un plantón permanente frente a Palacio de Gobierno, en demanda de que las autoridades intervengan para terminar con la ola de amenazas y extorsión que mantiene al interior del mismo el preso, Cipriano Flores (a)“El Siete”.
Noemí Bravo Reyes y Guadalupe Florentino Castro, hermana y esposa, respectivamente, del reo Franco Bravo Reyes, aseguraron que desde hace años Flores las ha extorsionado. “Desde un principio nos pidió 30 mil pesos, los cuales le dimos, porque amenaza con matar a nuestro familiar y mantiene aterrorizados a familiares de otros reclusos, pero no lo denuncian por miedo“, dijeron.

Las quejosas aseguraron haber decidido tomar dicha medida, como presión para que las autoridades respondan a su demanda. “Este interno asegura tener mucho poder e incluso dentro del mismo penal ha matado a otros reos. No entendemos porque no lo trasladan a un recinto donde haya más vigilancia, pues así se acabaría con el dominio que tiene en el penal”
En su oportunidad, Guadalupe Florentino aseguró que “El Siete” la mantiene amenazada de muerte si no accede a entregarle dinero o tener relaciones sexuales con él. “Ha mandado incluso a diversas personas con mensajes de que si no cedo a sus bajos instintos, me matara así como a mi hijo”, comentó la afectada poco antes de que le suturaran los labios.
Informaron que Franco Bravo fue recluido en dichas instalaciones desde hace cinco años, tras de que su primera esposa lo acusara de violación sexual. “Desde ese entonces nuestra vida ha sido un infierno, pues Cipriano Flores vio la oportunidad de hacer negocio y no se conformó con que le diera 30 mil pesos para que no le hiciera nada Franco, ahora desea más”.
Las mujeres aseguraron que no se moverán del lugar hasta ser atendidas y sus demandas resueltas. “Hago responsable al gobierno de lo que nos suceda a nosotras, así como a mis hijos y mi sobrino que nos acompañan”, resaltó Noemí Bravo, quien agregó que los menores incluso se encuentran mal de salud, pues tienen fiebre y tos.
En primer plano, Guadalupe Florentino Castro, esposa del afectado